Sergio Paredes cerrará una etapa de cuatro temporadas al frente del banquillo del Juvenil A del Alboraya. Se marcha después de una década como chufero convertido en un estandarte del club. Entre sus logros destaca el gran papel realizado este año en la Copa del Rey.
PREGUNTA. Después de lo de este año, ya te veíamos luchando por salir campeón del grupo 7 de División de Honor la próxima temporada.
RESPUESTA. Lo de este año ha sido increíble. Acabar segundos la primera vuelta, jugar la Copa del Rey y acabar la temporada entre los cinco primeros era inimaginable. Lo de ganar la liga, eso ya es más difícil, se lo dejo a las canteras profesionales (risas).
P. Sin embargo, Sergio Paredes ha decidido parar. ¿Qué te lleva a tomar esta decisión?
R. Ha sido una decisión muy difícil y al mismo tiempo muy meditada. En Alboraya siempre me he sentido como en casa, disfrutando de cada etapa que hemos vivido y trabajando de la mejor manera posible, gracias a la confianza que han depositado en mí toda la gente del club desde el primer momento. Pero creo que a veces llega el momento de parar y descansar. Han sido muchos años dando el máximo en esta maravillosa categoría, la División de Honor juvenil, preparando cada semana como una final debido a la gran exigencia que tenemos en esta liga.
P. ¿La decisión la tomas en el transcurso de esta temporada o es algo que ya tenías pensado y meditado meses atrás?
R. Ha sido una decisión que ha surgido en estos últimos meses, nunca la tienes clara, porque siempre es complicado dejar de hacer lo que más te gusta, pero creo que es lo mejor en estos momentos.
P. Pero entonces, ¿Sergio necesita de verdad parar o necesita nuevos retos?
R. La verdad es que compaginar dos trabajos, el de profesor por la mañana y el de entrenador en División de Honor por la tarde es muy exigente. Disfruto mucho haciéndolos, los dos me apasionan, pero te exigen mucho.
P. Si existe una pequeña posibilidad de seguir en los banquillos, ¿cómo tendría que ser ese proyecto?
R. A mí me encanta entrenar, siempre lo he hecho y no me gustaría dejar de hacerlo. A lo mejor hay que parar un tiempo. Lo que está claro es que en esta categoría, muchos compañeros, entrenadores de otros equipos, se dedican sólo a esto y otros, como en mi caso, no podemos. Me gustaría entrar en un proyecto de alguna cantera profesional, pero sé que eso es muy complicado, nunca se sabe cuándo llegará esa oportunidad. Entiendo que hay pocas plazas para tantos entrenadores tan competentes como los que hay en la actualidad, pero por otro lado confío en mí y en el trabajo que puedo desarrollar en un lugar como esos.
P. Después de cuatro años en División de Honor, ¿te gustaría seguir en la categoría o no te importaría cambiar?
R. Yo siempre he dicho que es la categoría que más me gusta, la que más se asemeja al fútbol profesional. Por otro lado, creo que no hay que cerrarse puertas a ningún proyecto.
P. Cuatro temporadas en las que habéis pasado de pelear por la permanencia a disputar dos rondas de la Copa del Rey Juvenil. ¿Cuál ha sido la clave común para lograr mejorar cada temporada?
R. Cada año hemos ido mejorando en el club y en el cuerpo técnico, nos hemos adaptado mejor a la categoría. Dos pilares han sido fundamentales, el gran trabajo que se hace en el fútbol base de la escuela y por otro lado, la experiencia que hemos adquirido en estos cuatro años, aprendiendo cada día de las dificultades que se presentaban. Además, el grupo de personas que hemos convivido este año en el Juvenil A ha sido espectacular, desde el cuerpo técnico hasta los jugadores que han creído desde el primer momento en conseguir lo que hemos hecho.
P. Durante todo este tiempo has vivido mil situaciones. ¿Sergio Paredes se queda con momentos concretos o es más de sensaciones y emociones en general?
R. Me quedaría con muchas situaciones. Me considero una persona muy emocional y hemos vivido momentos de locura, como cuando nos clasificamos por penaltis a cuartos de final de la Copa del Rey contra el Alzira. Pero seguro que hay más, lo que recalco es el buen ambiente de trabajo que ha habido estos cuatro años en el División de Honor y por supuesto, los otros seis años que estuve en Juveniles, Cadetes e Infantiles.
P. Te vas, pero quiero recordar, ¿cómo llegaste a Alboraya?
R. Me voy, pero no para siempre (risas). Seguro que volveré en otra etapa al club que me ha permitido desarrollarme como entrenador y vivir estas experiencias únicas. Yo llegué al Cadete de primer año hace ya diez años y también jugaba con el Amateur en Preferente.
P. ¿Y te marchas siendo un entrenador…?
R. Creo que mejor, pero porque he aprendido de los mejores, cuerpo técnico, coordinadores y de Hurtado, el que ha confiado siempre en mí. También he aprendido de los rivales, es una gozada competir contra Valencia, Levante, Villarreal, Atlético de Madrid, Elche… Se mejora en muchos aspectos, pero donde más he notado la progresión es en el planteamiento de los partidos y análisis de los rivales. Creo que no ha habido un partido que los chicos no hayan competido bien.
P. ¿Cómo fue comunicar tu marcha a tu ‘segunda’ familia?
R. Fue en una conversación muy familiar, tranquila, sosegada y hablando de muchas experiencias vividas en estos más de 10 años en el club.
P. ¿Qué mensaje te gustaría mandarle al club?
R. Que siga haciendo las cosas tan bien como hasta ahora y que allí estaré para lo que necesiten en cualquier momento. Sin duda.
P. ¿Algún consejo para el compañero que te releve en el banquillo?
R. Ninguno. No puedo dar consejos al míster que venga. Lo que sí puedo decirle es que va a estar muy a gusto en Alboraya y que disfrute de la categoría porque es espectacular.