Han pasado ya unos cuantos días desde que el Real Zaragoza se proclamara campeón del grupo III de División de Honor Juvenil en una jornada final de infarto, en la que los 3 primeros clasificados del grupo acabaron teniendo posibilidades de obtener el Campeonato, la diferencia final fue de tan sólo 2 puntos entre ellos. Es momento, por tanto, de hablar con el entrenador del campeón.
Acudo a la cita con Iván Martínez (Zaragoza, 1 de marzo de 1983) en Football Indoor Zaragoza, instalación situada muy cerca de la Ciudad Deportiva zaragocista, donde durante esta Semana Santa imparte un Campus a 40 niños. Antes de entrar en materia manifiesta su “tranquilidad” y cómo está “disfrutando sobre todo al ver las caras de satisfacción de los chavales y comprobar el resultado del trabajo realizado” tras los “nervios, la presión y a ansiedad” que padeció en los días previos al partido de la última jornada ante el Reus. Lo dice con orgullo y con el brillo especial en la mirada que distingue a quien ha conseguido un éxito histórico, tanto para su Club, 12 años sin proclamarse campeón de Liga, como en lo personal, siendo su primera temporada entrenando en la categoría, aunque como jugador ya consiguió el mismo triunfo en la temporada 2001-2002.
PREGUNTA. Es momento de conocer más sobre Iván Martínez, ¿quién es el entrenador de moda del grupo III y cómo ha llegado hasta aquí?
RESPUESTA. Llevo 17 años entrenando a niños, ahora a no tan niños, es una de mis pasiones; por eso con 19 años ya entrenaba niños, mientras jugaba en el Real Zaragoza B. Empecé en la UD Amistad, que fue donde me ofrecieron llevar a un equipo de niños y, aunque como jugador no conseguí llegar a Primera división, siempre me ha apasionado entrenar a los pequeños, se me ha dado bien y siempre hemos conseguido buenos resultados. Como jugador entré en la Ciudad Deportiva en cadetes, antes había jugado en el Cristo Rey, y fui pasando por los distintos equipos hasta llegar al Juvenil A, donde fuimos campeones. Ya en mi último año de juvenil estaba en el Real Zaragoza B, pasé por el Universidad Real Zaragoza C, luego al Casetas, donde hice una muy buena temporada, y me fichó Osasuna para jugar en el Promesas. Pasé por el Barbastro y me fui al Villajoyosa en Alicante. Volví a Aragón para jugar en La Muela, desde donde me llamó Emilio Larraz, y aunque las cosas fueron bien en lo deportivo, en lo económico empezó a haber problemas y volví al Villajoyosa. Posteriormente, acabé en el Sariñena, de nuevo con Emilio Larraz, y me retiré en el Teruel.
P. Con todo ese periplo, ¿cuáles son los entrenadores que más te ha influenciado a la hora de entrenar?
R. La verdad es que he tenido la suerte de que me han entrenado, creo yo, Ios mejores entrenadores de Aragón y algunos de fuera, cuando no he estado jugando en casa. Empezando por Carlos Conde, mi primer entrenador en la Ciudad Deportiva, Ramón Lozano (actual Director de Cantera del Real Zaragoza), Javier Garcés (actual entrenador del Deportivo Aragón Real Zaragoza B), Carlos Rojo (4 veces campeón de Liga en División de Honor Juvenil), Manolo Villanova, estos dos últimos me marcan mucho porque no solo se trata de mi formación futbolística sino también de recibir una educación por lo que siempre estaré agradecido al Real Zaragoza. Posteriormente, Antonio Berdejo, José Ignacio Soler (anterior director de la Ciudad Deportiva), Alfredo Muñoz, Cuco Ziganda y Jon Andoni Goikoetxea en el Osasuna Promesas, David Navarro (actual líder del grupo aragonés de Tercera con la SD Tarazona), Vicente Borge en el Villajoyosa, quien me ayudé mucho porque me aportaba los datos de cada entrenamiento que hacíamos, cómo se entrenaba en la zona de Levante porque es un poco más profesional y con más medios que aquí, Emilio Larraz (actual líder del grupo gallego de 3ª con el Racing de Ferrol), con quien estuve 3 anos y de quien más he aprendido, Gori Silva, Alex Monserrate y Néstor Pérez. Si ahora metes todos los conocimientos de estos entrenadores en una coctelera imagina las buenas ideas que he podido sacar de ellos.
P. Siendo un entrenador debutante en la categoría, ¿cuál crees que ha sido el secreto de este éxito?
R. El secreto de nuestro éxito ha sido el trabajo diario, desde el primer día de pretemporada, a pesar de obtener malos resultados durante la misma y recibir comentarios que has tenido que oír, y que a nosotros nos han servido para mejorar, porque las pretemporadas están para preparar al equipo para la competición. A mí los resultados de pretemporada me daban exactamente igual. Nosotros hacíamos cosas bien y las que hacíamos mal las íbamos entrenando, mejorando día a día; así que esas positivas críticas iniciales nos han hecho crecer y que la progresión del equipo fuera mucho más rápida, tanto en lo colectivo como en lo individual. Y, por otra parte, la familia que ha sido el equipo. Cualquiera de los 23 jugadores y el cuerpo técnico somos una familia en el vestuario. Eso ha sido fundamental.
“El éxito es del equipo y del cuerpo técnico”
“El éxito es del equipo y del cuerpo técnico”
P. Siempre que leo declaraciones tuyas, veo que hablas mucho de tu cuerpo técnico, ¿qué importancia tienen ese equipo más desconocido en el éxito obtenido?
R. ¿Importancia? Toda. El éxito es del equipo y del cuerpo técnico. Todos, todos los miembros de mi cuerpo técnico son importantísimos. Mira, Víctor Burdalo, mi mano derecha, delegado del equipo, que lleva conmigo desde los 3 años, desde la guardería nos conocemos; llevamos 33 años juntos. Luego, Fernando Cardoso [pausa larga, toma aire], amigo íntimo, que ha hecho una labor en la grabación de los partidos importantísima porque sin esos videos no hubiéramos mejorado, ni sabríamos analizar qué hemos hecho bien, qué hemos hecho mal, para poder ponérselo a los chavales y corregir… Y esa es una labor ingrata porque grabando los partidos no se disfruta de los mismos. A lo anterior le sumamos que ha padecido un cáncer este año y en ningún momento ha estado fuera del equipo, al revés, y siempre hay que poner la salud por delante de todo, porque hablamos de asuntos mayores, y hay que destacar su compromiso, desde aquí el resto le damos unas gracias infinitas.
Seguimos. Esos videos se le trasladan a otro técnico audiovisual que es Víctor Garijo, que está continuamente grabando y sacando videos. En los descansos ya tenemos cortes del equipo rival: por donde nos están haciendo daño, por donde podemos atacarles… temas de estrategia; en definitiva, un trabajo de Primera división, pocos equipos en el descanso pueden dar información a sus jugadores sobre el equipo rival y Víctor lo hace gracias a su dedicación, conocimiento y profesionalidad en el tema del “scouting” y grabación. Después Chino Ramiro, nuestro utillero, un fenómeno, un zaragocista como la copa de un pino. Pasamos a Fernando Buil, fisioterapeuta, que los ha tenido a todos siempre a punto. Ningún jugador ha tenido una lesión muscular grave y eso es gracias a su trabajo diario con los chicos, antes y después de cada sesión de entrenamiento.
¿Y qué decir de los dos preparadores físicos? Esteban Pasamar, nuestro preparador físico principal, y Javier Logedo, que ha sido el otro miembro del equipo. Los han tenido como motos. No han tenido ninguna lesión, han ido creciendo poco apoco físicamente, han mejorado en el trabajo de fuerza en el gimnasio… Ha sido un trabajo espectacular. Junto a ellos, Pablo Roldán, que es un chico que ha estado realizando este año las prácticas con nosotros, y que para mí ya es una parte más del cuerpo técnico porque ha estado voluntariamente en todos los entrenamientos, después de hacer sus prácticas obligatorias, y en todos los partidos. Los chavales lo ven como un ejemplo a seguir, porque ha sido jugador del Real Zaragoza [era capitán del equipo de División de Honor Juvenil], sabe lo que es el Real Zaragoza y transmite lo que él sabe a los chavales y yo creo que una parte de la formación de los jugadores ha sido gracias a él.
P. ¿Cuánto de trabajo y cuánto de naturalidad ha habido en esa tremenda unión del vestuario?
R. Un dato importante es que no ha habido ni una baja, no nos han pedido ninguna baja en toda la temporada. Lo normal en un equipo juvenil es tener 3 o 4 bajas porque no juegan los chicos. Y luego yo he intentado inculcar mi experiencia como jugador: cuando los vestuarios han estado unidos, han sido una familia tanto cuerpo técnico como jugadores, siempre se han dado resultados positivos: ascensos con La Muela o Sariñena, buenas temporadas en Osasuna Promesas y Real Zaragoza B… Esas son experiencias positivas. ¿Cuándo ha habido experiencias con resultados negativos? Cuando en el vestuario se han formado grupitos y no ha habido unión. Al final, cuando se es una familia es mucho más fácil reñirse en el campo, gritarse en el campo, decirles a los jugadores las cosas que estén haciendo mal y potenciar lo que estén haciendo bien. Esa es una de las claves importantísima y que yo he intentado transmitir a los jugadores.
P. Has venido diciendo que prefieres entrenamientos de calidad antes que cantidad, ¿qué nos puedes comentar sobre vuestro método de trabajo?
R. La metodología del Real Zaragoza es la que nos marca el trabajo de la semana. Cuando entrenas una hora, hora y cuarto, hora y media… todo ese tiempo debe ser entrenamiento de verdad, para eso estás en el campo y tienes que entrenar. No me canso de decirles a los chicos que donde está la mejora es en los entrenamientos, en la competitividad interna; si ahí se mejora, luego en los partidos sale solo. Todo lo que entrenas al final se refleja en el juego: cómo se entrena se juega. Luego, además, estén los entrenamientos que todos tienen en el gimnasio previa y posteriormente al propio entrenamiento de campo. Ese es un trabajo invisible, que no se cuenta nunca, pero que es muy importante y estos chavales lo han hecho con todas las ganas del mundo porque quieren ser futbolistas. El compromiso y el trabajo de estos chicos están fuera de lo normal.
P. Has utilizado durante toda la temporada el 1-4-4-2 en rombo, ¿era el sistema que mejor se adaptaba a los jugadores o han tenido que ser ellos quienes se adaptaran al sistema?
R. A nosotros el rombo nos ha ido perfecto. Ha habido de todo un poco en cuanto a la adaptación de la plantilla y el sistema, pero para nosotros el rombo ha sido el sistema perfecto y por eso hemos ganado la Liga. Los chavales lo han entendido tácticamente a la perfección. Algún día lo hemos escondido, dependiendo de las características de los jugadores que estaban en el campo y de la potencialidad del rival o de sus defectos o incluso los 2 delanteros los convertíamos en un delantero y un extremo. La verdad es que no nos ha ido mal con el rombo.
P. Hace tiempo que cuando veo a tu equipo recuerdo una frase de Marcelo Bielsa en la que define lo que para él era el fútbol. La frase dice “éramos todos muy amigos, nos gustaba jugar juntos, lo pasábamos bien reunidos. Intentábamos hacerlo lo mejor posible: atacar mucho y luego recuperarla con la ilusión de volver a atacar y esperábamos la compañía de la suerte. Eso es el fútbol”. ¿Encuentras algo que resuma mejor lo que ha sido tu equipo esta temporada?
R. Yo creo que no hay mejor resumen. Lo que ha transmitido el Juvenil A en el campo es lo que el Real Zaragoza quiere de sus equipos. Nosotros tenemos una idea clara, tanto Ramón Lozano, Ángel Espinosa (director de Formación de la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza), José Luis Arjol (director de Metodología) y Pedro Suñén (coordinador de la Ciudad Deportiva), que son los creadores de esta metodología nueva, de lo que queremos conseguir de cara a proyectar chicos hacia filial y primer equipo, pues lo que han hecho estos jugadores esta temporada es lo que la Ciudad Deportiva quiere de ellos, que a partir de ahora este sea el espejo donde mirarse el resto de equipos de la cantera.
P. ¿Cuándo comenzó a creer que el equipo podía hacer algo tan grande este año, porque el arranque de la competición, y más con un equipo en formación, no era tan halagüeño?
R. Nosotros tampoco lo esperábamos de inicio. Nos dimos cuenta, ya lo he contado durante esta semana pasada, cuando ganamos al Barça en casa en la jornada 9. Es cuando empezamos a creer en algo más que una buena temporada: había pasado el Espanyol por aquí y le habíamos ganado, fuimos a Mallorca y empatamos, pero somos mejores, vamos a Girona y lo mismo, y finalmente viene el FC Barcelona y le ganamos. Y ya te paras a pensar y dices: “Chicos, cuidado, que podemos hacer algo grande”.
P. ¿Y, por el contrario, creíste alguna vez que se perdía el tren del Campeonato?
R. Ha habido dos partidos clave en nuestro final de temporada. Uno, la derrota frente al Espanyol, la única derrota que hemos sufrido, que nos hace mejores porque no afrontamos los primeros minutos del choque cómo teníamos que afrontar un duelo tan importante y luego el encuentro en casa frente al Girona, donde nos empatan en el tiempo añadido tras haber ido ganando por 2 a 0. Son dos puntos de inflexión en los cuales los jugadores se han formado como futbolistas, saben qué errores graves, que han sido pocos este año, hemos cometido en estos dos partidos y, a partir del día frente al Girona esos errores ya no se vuelven a cometer. Nosotros, hasta ese momento, no habíamos ganado cuatro partidos seguidos en todo el año y sabíamos que, si queríamos ser campeones, teníamos que ir a Barcelona y ganar. Y sabíamos que todos los partidos posteriores a ese teníamos que ganarlos porque tanto FC Barcelona como Espanyol, en las últimas jornadas de Liga, no habiendo más enfrentamientos directos que el que disputaban entre ellos, y siendo final de temporada cuando los equipos están ya muy trabajados y van a mejor, no iban a fallar. Así que esos dos partidos han sido vitales, pero sobre todo para la formación de nuestros futbolistas porque han aprendido a no cometer errores dentro del terreno de juego.
P. Ya sé que incides mucho en el colectivo por encima de las individualidades, pero ¿qué jugadores crees que por su progresión pueden llegar al fútbol profesional?
R. Sería muy injusto si destacara a alguien por encima del resto. Lo he repetido durante estos días: no puedo destacar a nadie porque si lo hiciera sería muy injusto con los 23 jugadores que han formado parte de nuestra plantilla. Todos han puesto su grano de arena, hayan jugado más o hayan jugado menos. Y, como he dicho, hay que destacar a los que menos han jugado porque sin ellos la progresión del equipo no hubiera sido la que ha acabado siendo. Hay chicos que han jugado muy poquito, pero han entrenado como los que más nivel han dado; yo debo mirar por el equipo y no puedo destacar a nadie precisamente porque lo que ha destacado este año ha sido el equipo como colectivo.
P. En los minutos previos al último partido de la temporada, hemos podido ver tu discurso final en un video y hay una frase que ha llamado la atención, les dices a los chicos: “Hoy juega el Real Zaragoza”. Algo tan escueto y en una época tan triste para el Club, ¿qué encerraba? ¿qué querías decirles a los chicos?
R. Durante toda la semana hubo una repercusión increíble, muchas muestras de afecto, de ánimo (“lo tenéis que conseguir», “ya sois campeones, aunque no lo consigáis»…). Toda esa gente que es zaragocista, que han seguido al equipo juvenil con lo difícil que es, que media Zaragoza estaba delante del televisor viendo el último partido, que hubiera gente que se desplazara hasta Reus… Eso hacía mucho tiempo que no había pasado. Entonces esa frase sale del corazón, sabiendo toda la gente que teníamos detrás, que es zaragocista y que necesitaba una alegría, gente que nos estaba apoyando sin nosotros demandarlo. Los chicos con esa frase, si ya estaban motivados de por sí, aun salieron más motivados, porque saben, como zaragocistas que son, que lo que iban a hacer es Historia del equipo que ellos quieren de verdad. Sabían que no sólo iban a representar cada uno a su familia, sino que iban a representar a todo el Zaragocismo.
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P. ¿Cómo te ves en el futuro: entrenador de fútbol base o entrenador en el fútbol profesional?
R. Nuestro sueño, como entrenadores, siempre es entrenar en categorías profesionales. Durante años he ido compaginado ser jugador y ser entrenador, con 32 años decidí, cuando José Ignacio Soler me dio la oportunidad de formar parte del Real Zaragoza, dejar el fútbol como jugador y dedicarme por completo a ser entrenador. El sueño de cualquier entrenador es llegar al fútbol profesional; ese es el objetivo, no sé si a corto, a medio o a largo plazo. Eso no quita para que yo disfrute entrenando en el fútbol base, ya lo estás viendo, aquí estamos desde las 8:30 de la mañana con un Campus con 40 niños. No pierdo la ilusión nunca, con los niños tampoco.
«Vamos a competir con cualquier rival»
«Vamos a competir con cualquier rival»
P. ¿Qué papel espera jugar en la Copa de Campeones y en la Copa del Rey?
R. Yo tengo muy claro que, viendo la ambición y la confianza de este equipo en sí mismo, vamos a competir con cualquier rival, da igual que nos toque el Atlético Madrid, el Real Madrid, el Villarreal, el Sevilla, el Celta… Es que nos da igual el rival. Yo sé que mi equipo va a dejarse la vida en cada partido y si nos ganan va a ser porque el rival ha sido mejor en detalles, en suerte… Mi equipo va a competir, los chicos saben que van a competir. ¿Que el equipo contrario va a tener que correr mucho? Está claro, porque los nuestros van a correr y se van a dejar todo en el campo, porque lo han hecho durante 30 partidos. Si nosotros nos centramos en ser un EQUIPO, con mayúsculas, vamos a competir con cualquier rival y vamos a llegar lejos. Por el contrario, si nos creemos que, sin bajar del autobús, porque hemos ganado la Liga, vamos a ganar, entonces no pasaremos de cuartos de final.
P. Para finalizar, ¿cuál es tu deseo para este final de temporada?
R. Nuestro sueño es ganar la Copa de Campeones y llevar al Real Zaragoza a Europa. Es la ambición de los chicos ahora. Estos chicos [señala a los pequeños que corretean junto a nosotros y que no pasan de los 8 ó 10 años] no han visto al Real Zaragoza en Europa, los jugadores que hay ahora en la Ciudad Deportiva (alevines, infantiles, cadetes…) no han visto al Real Zaragoza en Europa… Entonces, vamos a intentar, aunque ya sabemos que es muy difícil, ganar la Copa de Campeones, que no se ha hecho nunca. No sé dónde llegaremos, pero por intentarlo que no sea.
Así habla, así piensa y así sueña Iván Martínez. Aquí le dejamos rodeado de un montón de niños a los que imparte su saber futbolístico; quizás dentro de unos años alguno de estos niños vuelva a ponerse a las órdenes de Iván Martínez, pero ya no en estos pequeños campos de césped artificial cubiertos sino en estadios de Primera División.