Antes que aprender a andar, Cristóbal Egea ya se enfundaba los guantes de portero que no podían faltar en su entorno familiar. Los ‘Zorro’ llevan tres generaciones bajo los palos, aunque ni el abuelo ni el padre llegaron al fútbol profesional. Con paso seguro para conseguirlo está el único guardameta que esta temporada ha logrado completar los 25 encuentros de Liga en el grupo 7 de División de Honor defendiendo al UCAM Murcia. “Mi mejor temporada como futbolista” asegura.
PREGUNTA. Tercera generación de porteros. Diría que no tuviste muchas opciones para elegir qué querías ser de mayor.
RESPUESTA. Desde casa siempre me han transmitido una visión muy realista, el fútbol es una profesión preciosa, pero también muy difícil. Hacerse un hueco en este mundo es muy sacrificado y mucha gente no consigue superar momentos duros a los que estamos expuestos, es por eso que siempre he llevado estudios y deporte compaginados, aunque eso supusiera un esfuerzo mayor. En ocasiones ir a entrenar suponía viajar diariamente más de 200 kilómetros y eso no era motivo para dejar mis estudios de lado, estudiaba durante los viajes en el coche o autobús. Hoy puedo decir que ese esfuerzo ha merecido la pena.
P. ¿Pero entonces colocarte bajo los palos fue más por tradición que por vocación?
R. Desde pequeño he estado relacionado con el fútbol y la portería, esta posición tan específica requiere vocación. Los porteros somos los que más críticas recibimos cuando las cosas no van del todo bien, si no es tu pasión, mejor ni intentarlo. Es cierto que al ser la tercera generación parece tradición, pero mi padre me aconsejaba que no eligiera la portería por lo sufrida que es. De hecho, mi hermano mayor decidió ser medio centro y nadie en la familia le puso ninguna barrera.
P. Con este final de temporada tan insólito has agotado tu etapa formativa. ¿Cuál y cómo ha sido tu trayectoria?
R. Desde bien joven en mi etapa formativa, he atravesado momentos difíciles, debiendo tomar decisiones importantes, pero a mi parecer, he tenido suerte con las personas con las que me he cruzado en mi corta carrera y me han ayudado a conseguir una trayectoria ascendente.
Vivo en Huércal-Overa, un pueblo del levante almeriense, en la que su principal cantera no tiene muchas salidas debido al escaso presupuesto y la posición geográfica en la que se encuentra, 100 kilómetros nos separan de Murcia y Almería, pero me ayudó para aprender mucho y poder salir con una formación necesaria para competir al máximo nivel en categorías superiores.
Mi paso por La Cañada At. en División de Honor Cadete (Andalucía), fue mi primera salida a una categoría de gran nivel. Mi primer año de juvenil volví a Huércal-Overa para jugar en Nacional y seguidamente en mi segundo año juvenil (temporada 2018-19) tuve la suerte de poder disfrutar de la División de Honor Juvenil en el grupo IV con La Cañada At. de nuevo. Si bien, en el parón de Navidad me ofrecieron formar parte de la primera plantilla de mi pueblo natal. Allí, siendo juvenil de segundo y con 17 años, conseguí disputar 8 partidos en Tercera división (Grupo XIII), este paso me llevaría a mi actual club, ya que, el filial milita en el mismo grupo de Tercera y me enfrenté a ellos. Actualmente, juego en el UCAM Murcia, aquí he aprendido mucho y me he sentido muy querido por todo el mundo, sin duda ha sido mi explosión como futbolista.
P. Con una carrera tan en potencia, ¿alguna vez habías jugado todos los minutos como este año?
R. Es cierto que siempre he contado con la confianza de mis entrenadores, tanto en La Cañada At. con Alfonso Carmona en Cadete y David Callejas en Juvenil, como en Huércal-Overa con Cayetano Montellano. Gracias a ellos, he podido disputar gran parte de los minutos, pero lo de este año ha sido increíble. Ha sido mi primer año en el club y desde el primer partido el cuerpo técnico, con Raúl Campuzano a la cabeza, depositaron su confianza en mí, creo que es algo muy difícil de superar, hablamos de División de honor y no todo el mundo tiene esa posibilidad, me siento un afortunado.
P. Lo cierto es que no eres el que menos goles ha encajado, pero si el único portero del grupo 7 de División de Honor en haberlo jugado todo. ¿Qué balance personal haces de esta temporada?
R. El equipo ha pasado por diferentes etapas esta temporada. La primera vuelta fue impecable, ninguno esperábamos esos resultados, conseguimos 10 porterías a cero en 15 partidos, algo absolutamente espectacular en la élite juvenil. Después cogimos una racha negativa, que pudimos levantar y acabamos la temporada sumando 12 porterías a cero. Personalmente, estoy satisfecho con el nivel que he dado este año, es fruto de mucho trabajo y ver esos números es reconfortante. Sin duda, mi mejor temporada como futbolista.
P. El hecho de no haber tenido rival en la portería. ¿Cómo hace que mejores, es decir, cómo se exige uno mismo a ser mejor que ayer?
R. La motivación con la que inicié esta temporada era muy grande, y aunque, lo jugara todo, el gran nivel de mis compañeros en la portería no me lo pusieron nada fácil. Trabajar con buenos porteros te hace crecer, no podía relajarme porque si lo hubiera hecho, me podrían haber sustituido sin problema. También el trabajo de nuestro míster de porteros Ezequiel Martínez ha sido genial, estoy muy contento con su trabajo, hemos crecido mucho.
P. Llevamos más de dos meses sin fútbol, ¿cómo has llevado todo este tiempo?
R. Ha sido un momento dudoso para todo el mundo, no sabíamos si finalmente se reanudaría la competición, por lo que, hemos seguido trabajando y manteniendo contacto con el cuerpo técnico. Seguíamos las directrices de alimentación y trabajo que desde el club nos aportaban. Es obvio, que lo he echado mucho de menos, la sensación de ponerte los guantes y las botas, no la cambio por nada.
P. El tener un ‘entrenador’ en casa ¿te ha ayudado a la hora de trabajar a diario y no perder la forma?
R. Es cierto que juego con una pequeña ventaja en ese aspecto, mi padre me ha ayudado mucho a la hora de realizar algunas tareas, es muy profesional y siempre ha intentado transmitirme todo lo que él sabe. Desde que decidí la posición de portero ha estado a mi lado, sin duda, ha sido una pieza clave en mi carrera deportiva.
P. Ahora es hora de nuevos retos, ¿cómo encaras el futuro?
R. Soy feliz en UCAM, siempre me han cuidado y tratado genial, tanto en lo deportivo como en lo personal. De hecho, este año he atravesado por graves problemas familiares de salud y ellos se han preocupado por mí y por mi familia; tanto mis compañeros, como el cuerpo técnico y directiva han estado a mi lado siempre.
Por el momento ha habido contacto para seguir perteneciendo al club, hay muy buena predisposición por ambas partes para hacerlo posible, esta temporada en el Juvenil A ha servido para conocernos más a fondo y me gustaría crecer aquí.
Además, tengo la suerte de formarme académicamente, estudiar una carrera universitaria en la Universidad Católica San Antonio de Murcia, la posibilidad de compaginar estudios con deporte no es fácil, soy un afortunado porque no está al alcance de todos los deportistas.
En cuanto a la categoría senior, tengo muchas ganas de dar el salto, es muy diferente a lo que conocemos de juvenil, he tenido la suerte de poder subir a algún partido con el filial, e incluso, a algún entrenamiento con el primer equipo. Me gustan los retos y creo que es un gran momento para demostrar.
P. Por último, no me gustaría acabar esta entrevista sin conocer el origen de tu apodo.
R. Desde siempre en el pueblo se han asignado sobrenombres a las personas para conocerlas. Mi abuelo era muy avispado y muy listo y le pusieron el apodo de Zorro. El fútbol se ha encargado de que se haya mantenido con cada generación. Espero que yo no sea la última.