Si la Liga Nacional hubiese empezado hace diez jornadas, el Don Bosco lideraría la clasificación con varios puntos de ventaja sobre las Academias y tendría serias opciones de ascender a División de Honor; algo que tras 21 semanas de fútbol es una probabilidad que cobra fuerza domingo tras domingo. La llegada de Juan Carlos Ortiz y su cuerpo técnico han sido claves para la revolución de un equipo que ha pasado de ocupar el farolillo rojo del Grupo 8 a estar más cerca que nunca de un ilusionante ascenso.

Clasificación del Grupo 8 de Liga Nacional de las últimas diez jornadas.
El buen momento que atraviesa el Don Bosco coincide con la gran racha goleadora de dos de sus jugadores. Álex Francés y Luis Molina son la dupla de moda en el Grupo 8 de Liga Nacional. Ambos han marcado en las cuatro últimas jornadas los goles que han servido para imponerse a Ciudad de Benidorm, Kelme B, Onda y Acero. Y como no hay quinto malo, este sábado (12 horas) confían en seguir mostrando su capacidad ofensiva frente al Club La Vall.
Álex es con once goles el pichichi del CD Don Bosco, solo superado por Guille Lozano (Valencia CF ‘B’) con 15 y Ramón Mira (Levante UD ‘B’) con 13 en la general del Grupo 8. Con una excelente carta de presentación llegó este verano procedente del Torrent CF de Preferente para completar su segundo año de juvenil. Al igual que el curso anterior es raro que en un partido falte a su cita con el gol. La pasada temporada anotó 31 dianas, la exigencia este año es mayor pero sigue dando la talla en el área. “Es una referencia para nosotros” destaca su entrenador Juan Carlos Ortiz, “es de los más profesionales entrenando y jugando. Siempre que está en el área crea peligro y aunque quizás debería mejorar las disputas estamos muy contentos con su rendimiento”.

Álex Francés, pichichi del CD Don Bosco.
Luis Molina es otro desde la llegada de Ortiz. La complicidad entre el técnico y el jugador es la clave del momento de plenitud futbolística que atraviesa el extremo derecho. En las últimas cuatro jornadas ha marcado cinco goles y desde luego no parece tener intención de hacer un parón. “Hasta que llegamos no había participado mucho. Yo lo conocía de hace dos años cuando firmó en Don Bosco y sabía lo que podía dar. Así que hablamos con él, le explicamos lo que tenía que hacer para jugar y creemos que ha entendido lo que queremos”. Moli es uno de los jugadores más jóvenes del equipo y un valor al alza de la entidad. “Es un futbolista distinto, tiene cosas muy buenas diferentes a los demás. Rápido por banda, con llegada, con experiencia en la categoría y últimamente con gol. Esos son sus avales. Va a darnos muchas alegrías” confiesa el técnico que ha conseguido que el Don Bosco se haya transformado totalmente.

Luis Molina se encuentra en un momento de plenitud futbolística.
Lejos quedan ya las dudas que despertaba el equipo por su irregularidad en el tramo inicial y llega al momento decisivo enchufado y en plenitud de pelear por todo sin sentirse inferior a nadie. Abre la jornada 22 contra La Vall, en otra prueba de fuego para alcanzar cuanto antes su objetivo, la permanencia.