Una vuelta después, el CD Don Bosco es otro en el grupo 8 de Liga Nacional. Como ya sucediera la temporada pasada, el equipo valenciano arranca la segunda parte de la temporada a golpe de victorias. Por el momento acumula tres de manera consecutiva, con las que se aleja parcialmente del descenso y se permite el lujo de fantasear con el ascenso a División de Honor.
El equipo se ha sacado la licencia para soñar después de ganar a Alcoyano, Acero y Juventud Picanya en estas últimas jornadas, y pasar de jugar con fuego a hacerlo con la ilusión de pelear por cotas más altas. Este sábado (16 horas) puede aproximarse más a los puestos de cabeza, aunque para ello tiene la obligación de vencer al Patacona CF. “Fue el equipo que más nos hizo sufrir en la primera vuelta” revela el entrenador Juan Carlos Ortiz.
Fue la segunda derrota de la temporada, la segunda, sorprendentemente, en un feudo que a lo largo de los años se ha convertido en uno de los campos más complicados de la categoría. “Esta temporada ha sido difícil en muchos aspectos. Nos costó arrancar, la plantilla era prácticamente nueva, no había una base, y la adaptación para hacer que un equipo funcione requiere un tiempo. Por otro lado, nos hemos encontrado mejor en los partidos a domicilio que en nuestro campo. Algo que a día de hoy hemos empezado a contrarrestar”.
El equipo ha empezado a cambiar la hoja de ruta de la temporada no solo con resultados, sino también con la llegada de refuerzos. El primero en llegar fue Pahul Mathias Olivera, tras un paso fugaz por el CF Torre Levante, regresaba a la que fue su casa la pasada temporada; posteriormente llegaba el centrocampista Diego Climent procedente del Alboraya de División de Honor, como el portero Jorge Greus. El último ha sido Alejandro Pastor, delantero que este año militaba en el CD Acero y que confía en poder marcar muchos goles con su nueva camiseta.