El cambio de portero en el último minuto de la prórroga fue clave para que el Alboraya siga adelante en la Copa del Rey. Es el único de los cinco equipos debutantes que continúa vivo en la competición con mayor solera del fútbol juvenil.
El entrenador Sergio Paredes sorprendió al Alzira con un movimiento estratégico a escasos segundos de que la prórroga del partido de dieciseisavos de la Copa del Rey llegara a su fin. Txema García entró por José Alemany y su actuación en la tanda de penaltis ya forma parte de la historia del Alboraya.
Txema llegó este verano al club, después de haber sido uno de los mejores porteros del curso pasado en el grupo 8 de Liga Nacional. Pese a que no ha tenido excesivo protagonismo en Liga, solo ha disputado el partido frente al Conquense el pasado mes de noviembre, el de Vilamarxant fue decisivo para que el Alboraya esté entre los 16 mejores equipos de España.
“Esto es algo que teníamos pensado por adelantado” cuenta Sergio Paredes. “Durante toda la semana entrenamos los penaltis y sin duda, Txema fue de los tres porteros con los que contamos el que mejor respondió”. Pese a que la tensión de un entrenamiento no es ni por asomo la de una tanda donde está en juego la clasificación para los octavos de final de la Copa del Rey, este detuvo dos de los cinco penaltis.
Una fe inquebrantable
El héroe del partido desvela que en los minutos previos al cambio “sí que estaba algo nervioso, creo que es algo normal por lo que había en juego, pero una vez empiezo a calentar y hablando con el entrenador de porteros ya me iba mentalizando, estaba preparado y la motivación subió cuando vi al cuerpo técnico y a mis compañeros lo seguros que estaban conmigo”.

Txema siendo felicitado por sus compañeros.
Rara vez Txema se había visto en una tanda de penaltis como la del sábado, pero tenía plena confianza en sus posibilidades. “Estaba cien por cien seguro que pararía algún lanzamiento y sabía que, si los que lanzadores de los penaltis los metían, ganábamos y eso pasó. Conseguí parar dos. Seguimos soñando”.