Dos históricos del fútbol valenciano: Torre Levante y Alboraya UD vuelven a la División de Honor después de haber cuajado una temporada excelente en el Grupo 8 de Liga Nacional.
Allá por el mes de septiembre, las quinielas colocaban a Torre Levante y Alboraya entre los favoritos al ascenso a División de Honor. Los pronósticos se han cumplido aunque para ello han tenido que transcurrir más de treinta jornadas. La competitividad en el Grupo 8 de Liga Nacional, la cantidad de equipos filiales y la lucha de los modestos por quedarse en la máxima categoría autonómica han marcado el camino de dos clubes que tenían como único objetivo el que, a día de hoy, es una realidad.
Torre Levante, un regreso fulgurante
El Torre Levante fue el primero en subir las escaleras de vuelta a la élite. Lo hizo en la jornada 31 al empatar a cero frente al Celtic de Elche. El Denia, que se ha revelado como la revelación de este curso, le puso el ascenso en bandeja al perder ante el Club La Vall. De ese modo, los chicos de Víctor Felipe no dejaron pasar la ocasión, y el pasado 9 de abril certificaron el regreso a la categoría que había perdido un año antes.
El camino del Torre Levante esta temporada ha estado marcado por una mala racha de resultados que se cobró al técnico José Arastey en el mes de febrero. El equipo acumuló seis jornadas sin ganar (3D-3E), incluso dejó de ocupar los puestos de ascenso a División de Honor. Arastey presentó su dimisión y la llegada de Víctor Felipe supuso un soplo de aire fresco para el vestuario. “Sucedió todo muy rápido. Empecé a entrenar con el grupo el miércoles y les dije que la mala racha que se había atravesado tenía fecha de caducidad, y que íbamos a sumar los tres puntos el domingo en el campo del Huracán” revela el ahora preparador azulgrana. Y así fue, desde su llegada el Torre regresó a la senda que le ha llevado al éxito.
Hasta la marcha de Arastey, el Torre había logrado 41 puntos (12V-5E-5D), pero el ascenso se cerraba con 61 (18V-7E-6D). Con solo una derrota en nueve jornadas, Víctor hace un balance muy positivo de estos tres meses al frente del equipo, “han sido fantásticos. He vuelto a un club que ya fue mi casa tres temporadas y todo el mundo me ha recibido fenomenal. Tanto la dirección del Torre, como sus empleados y por supuesto, cuerpo técnico y plantilla. Si tengo que resumir estos tres meses, repetiría una frase que ya utilicé en una red social cuando ascendimos: «soñando en azulgrana»”.
Ahora el Torre volverá a soñar en División de Honor (una categoría en la que militó de manera ininterrumpida ocho temporadas) debido a que “el vestuario actual es de 10. Un gran grupo de chavales que, además de muy buenos jugadores, son excelentes personas y eso se traslada luego al terreno de juego. Creo que una de las claves de este ascenso, además de la calidad que atesoran, es que son un grupo de amigos. Desde luego ha sido una suerte poder dirigirlos ya que he disfrutado mucho de cada entrenamiento y de cada partido. La otra clave, sin duda, ha sido que el equipo ha creído siempre en lo que ha hecho y de la manera en la que ha jugado. Por supuesto, este mérito es del anterior técnico, Jose, que les inculcó una manera de jugar y la hemos podido llevar a cabo hasta el final”.
Alboraya: Segunda experiencia en la élite juvenil
Recién salido del horno está el retorno del Alboraya. Tanto es así que en el vestuario todavía se respira alegría y satisfacción. “El miércoles vimos un ambiente de felicidad dentro del vestuario, pero en cuanto rodó el balón, la exigencia fue la misma que la vista durante el año por parte de los jugadores” explica el artífice del ascenso, el técnico Sergio Salgado que llegó a la AUD esta campaña. “Ha sido una temporada muy buena en todos los planos. Personalmente he crecido mucho y he podido aprender de profesionales tremendamente preparados que trabajan en las filas del AUD. A pesar de ser mi primer año en Liga Nacional, hemos trabajado como siempre, tratando de buscar lo mejor para cada uno de los jugadores y dando la prioridad al colectivo por encima de cualquier individualidad”.
Con esa finalidad, el resultado ha sido de sobresaliente. El Alboraya afrontará en pocos meses su segunda experiencia en la élite del fútbol juvenil, en la que ya estuvo en la temporada 2014-2015 de la mano de Paco Marí. Todo un hito en la historia del club. Dos cursos después, el empate ante la UE L’Alcúdia del pasado domingo fue suficiente para comprar el billete de vuelta a División de Honor. De ese modo, el AUD alcanza su meta con 58 puntos (17V-7E-8D). “El objetivo está cumplido, pero siempre tenemos cosas que mejorar. De momento no se puede hacer un balance de la temporada, porque quedan 2 jornadas, aún tenemos 6 puntos en juego y podemos cumplir algún objetivo interno puesto por el vestuario” deja entrever Salgado.
De ese vestuario al que hace referencia destaca “la unión y la responsabilidad de los jugadores entre ellos y hacia la entidad. El club ha trabajado muy duro durante meses previos al comienzo de la competición para confeccionar la mejor plantilla, reforzando con algunos jugadores la base que había en la escuela. El resultado final no ha podido ser mejor”.