El Real Oviedo ha pasado en apenas unos meses de no rozar ni el podio del grupo 1 de División de Honor a llamar a las puertas de la final de la Copa del Rey Juvenil.
Lo del Oviedo en la competición decana del fútbol juvenil va camino de convertirse en una proeza. Un éxito sin precedentes en el club y también en el fútbol asturiano, ya que solo el Sporting de Gijón en la temporada 2004-2005 llegó al encuentro decisivo (perdió en la final contra el FC Barcelona).
La confirmación
Tras salir campeón las dos últimas temporadas en el grupo 2 de Liga Nacional, la plantilla que por segundo año consecutivo dirige Paco Fernández ha experimentado una evolución importante en la élite del fútbol juvenil.
En los dos últimos años ha quedado en una destacada cuarta plaza en el grupo 1 de División de Honor, pero a 18 puntos del tercer puesto en la 2021-2022 y a 13 en la 2022-2023, es más, el año de los subgrupos (2020-2021) acabó peleando por la permanencia.
No se recuerda una generación que haya ilusionado tanto en Oviedo. Hay que echar la vista muy atrás, hasta el 2016 para encontrar un hecho similar. Fue la última vez en la que el juvenil carballón jugó la Copa, pero ni tan siquiera llegó a superar los octavos de final. Si lo hizo en la anterior, la 2002-2003 llegó hasta cuartos y el Espanyol, curiosamente su rival en semifinales, le privó de seguir adelante. Ese ha sido su límite (también los jugó en la 1997-1998), hasta hoy.
La fuerza del Carlos Tartiere
Arropado por los suyos, como ya lo estuvo contra el Granada y Levante en la Ciudad Deportiva del Requexón, el Real Oviedo confía en tumbar al poderoso RCD Espanyol y convertirse en el primer anfitrión de la historia en llegar a la final de la Copa del Rey juvenil.