Marcos Olguin deja un hueco enorme en el Villarreal, donde llegó con apenas 12 años y se marcha con 19. La repercursión de su inesperado adiós denota la grandeza del que ha sido capitán del Juvenil A ‘groguet’ esta temporada. El madrileño se muestra orgulloso por el camino recorrido «en el club que me dio la oportunidad de crecer y de formarme en todos los sentidos».
PREGUNTA. Siete años y llegó el momento de decir adiós, parece que es mucho tiempo, pero ¿la despedida llega antes de lo esperado?
RESPUESTA. Quizá sí. Son, como bien dices, 7 años, mucho tiempo y la verdad es que desde el primer día en que llegué me han tratado súper bien y siempre me han hecho sentir como si estuviese en casa, eso es algo que se agradece. Todos estos años me he sentido muy a gusto en el Villarreal y en parte me da pena decir adiós porque, quieras que no, es un club muy familiar donde la acogida es muy buena, te ayudan en lo que pueden y te dan lo que necesites en cualquier momento.
Nunca se está preparado para las despedidas, aunque forman parte de la vida y hay que aceptarlas como tal. Llegan momentos donde los caminos se separan y cada uno hace el suyo, estoy orgulloso de haber recorrido este y de haber vivido una experiencia que me ha construido como futbolista y persona. Solo puedo desear lo mejor al club y a las personas que lo forman.
P. ¿Ha sido difícil tomar la decisión?
R. Mentiría si dijese que no. Sinceramente ha sido una de las decisiones más difíciles de mi corta carrera futbolística, por lo que acabo de decir, el Villarreal es el club que me dio la oportunidad de crecer y de formarme en todos los sentidos.
Fue una decisión muy meditada pero finalmente he optado por marcharme en busca de nuevos contextos, nuevos retos y nuevas oportunidades. Creo que es hora de emprender un nuevo camino en el cual pueda seguir aprendiendo y progresando como futbolista y creciendo como persona.
P. El altavoz que has utilizado para anunciar tu marcha ha sonado muy fuerte. En el día a día, ¿uno es consciente de ser tan querido por sus compañeros?
R. A día de hoy cualquier persona tiene acceso a las redes sociales y para mí era importante el poder despedirme de alguna forma de todo el personal del club y sobre todo mostrar ese agradecimiento que tengo y tendré hacia ellos.
Respecto a mis compañeros siempre me he sentido querido, pero te das cuenta de que te quieren y te valoran más de lo que te imaginas cuando llega la despedida y sabes que no les vas a volver a ver diariamente. Es duro porque dejas atrás muchos amigos con los que has crecido y vivido tu infancia y pasar de verles las 24 horas del día, por así decirlo, a verles de vez en cuando se va a hacer complicado.
Como ya les he dicho a ellos personalmente con palabras no podría describir el cariño que les tengo, creo que son un grupo de personas magnífico donde siempre reina el buen ambiente y el compañerismo. No tengo ninguna duda que eso seguirá ahí y saben de sobra que aquí van a tener un amigo. Por supuesto que con la mayoría no perderé la relación y el contacto, pero lo que te digo son un grupo de 10, nunca tendría una palabra negativa hacia ellos.
https://twitter.com/marcosolguin__/status/1272247370349195264
P. ¿Cuándo saliste de casa con 12 años, pensabas que estarías 7 en Villarreal?:
R. La verdad es que no, cuando salí de casa tenía el fútbol como una afición y no creía que iba a llegar a ser mi profesión. A día de hoy, el fútbol lo es todo para mí. Siento que no puedo estar sin una pelota cerca.
P. ¿Qué balance haces de tu etapa formativa en el Villarreal?
R. El balance es muy positivo, en base sobre todo a dos razones muy importantes: el fútbol (qué es por lo que fui) y la experiencia vital y personal.
En lo futbolístico: entré siendo uno más y con conceptos de fútbol muy básicos, y a medida que fueron avanzando los años fui adquiriendo conceptos que me han ido ayudando a ser la clase de futbolista que soy hoy en día. Aquí sí que quiero pararme y hacer una mención especial a Jordi Benavent, Marcos Merino, Mario Bárcena y Joan Alcaraz, entre muchos otros, ya que han sido entrenadores muy influyentes y que han intentado inculcarme el sentido del juego con el que me siento identificado. Me han ayudado a comprender mejor todo y por ello les estoy agradecido.

Marcos, el primer año de juvenil.
El balance a nivel personal: entré con 11/12 años y me marcho con 19. Al final he pasado mi infancia allí. A esa edad se hacen muchos amigos en el colegio e instituto, a mi me ha tocado vivir algo parecido pero distinto, compaginar todo eso con vivir en una residencia de futbolistas, donde muchas veces es difícil y duro, sobre todo al principio, ya que en ocasiones te ves solo, a la familia la ves cada cierto tiempo, de tu día a día forman parte otras personas que no eliges ni esperas. Ni lo hubiesen hecho en otros contextos. Es decir, si se me hubieran dado bien las matemáticas en vez de el fútbol no hubiera vivido eso.
Luego con 18 años te independizas, dejas de vivir en la residencia y te mudas a un piso con algunos de tus compañeros del equipo.
Al final todo esto quizás te ayuda a madurar y a ver las cosas a las que te tienes que enfrentar en la vida real antes que a lo mejor cualquier chico de tu edad que vive con la familia, no tiene que preocuparse de tantas cosas, etcétera. Te hace crecer antes.
P. Siete temporadas, más de 150 partidos oficiales… ¿con qué momentos te quedarías si te dieran a elegir?
R. Son 7 años allí, muchos entrenamientos, muchos partidos, muchos momentos vividos… es difícil elegir, pero si tuviera que hacer un pequeño ránking escogería en primer lugar el día de mi llegada, para mí ya era un sueño poder ir; que una de las grandes canteras de España me hubiera seleccionado para estar allí. Llegué con la mayor de las ilusiones de disfrutar jugando fútbol y poder cumplir mi sueño aunque en ese momento no fuera tan consciente de lo que me estaba rodeando.

Uno de los primeros entrenamientos en el Villarreal CF.
El segundo momento que me ha marcado fue llegar a esos 150 partidos jugados con el Villarreal, mirar atrás y poner en valor todo el trabajo que había estado haciendo años atrás y el sacrificio que conllevó llegar a esa cifra durante tantos temporadas en el club. Fue un punto de inflexión que me sirvió personalmente para valorar más las cosas del día a día y motivarme para seguir trabajando igual o más y seguir sumando partidos.
Y el tercer momento especial fue sacarme la espinita que tenía de poder ganar una liga con el Villarreal tras tantos años compitiendo por ello. Como ya lo dije en redes sociales, no de la forma que nos hubiera gustado pero no por ello menos merecido. Ha sido un año bonito, en el que he disfrutado cada partido y cada entrenamiento al máximo, en parte por algo tan simple pero a veces tan complicado como es el buen ambiente que teníamos dentro del vestuario. Por desgracia nos quedamos con ganas de más al tener que parar la liga por la COVID-19, aunque era algo que no dependía de nosotros.
P. Oficialmente ya de vacaciones y preparando tu salto al fútbol de verdad. ¿Dónde te gustaría verte el año que viene?
R. Donde pueda crecer y conseguir mi sueño de llegar al fútbol profesional. El destino da igual, lo importante de donde vaya es que me quieran de verdad y apuesten por mi.