Echando la vista un año atrás, la oportunidad de vivir este domingo algo histórico solo podían imaginarlo las mentes de los más optimistas. Con 363 días de diferencia, el Levante ha pasado de rozar el abismo de descender a Liga Nacional a certificar, el pasado sábado, su participación en la Copa del Rey, e incluso, a poder ganar el campeonato liguero en la última jornada.
El Levante ha reescrito la leyenda del Ave Fénix, un ave capaz de renacer de sus propias cenizas, para empezar a escribir su propia historia en la División de Honor Juvenil. Realmente esa tarea la inició Juan Carlos Fernández ‘Pitu’ frente al Ranero, en el tiempo de descuento de la penúltima jornada de la temporada 2017-2018. El gol otorgaba el aprobado para pasar al siguiente curso.
Semanas después, el Juvenil B del Levante consiguió imponerse en el grupo 8 de Liga Nacional, dando pie a la promoción al Juvenil A al entrenador Alessio Lisci así como a algunos de los jugadores más talentosos.
La mezcla perfecta entre veteranía y juventud, equilibrio y sed, una simbiosis que ha permitido llevar a cabo un trabajo, al que únicamente falta ponerle el broche de oro. Llega a la última jornada tratando de imaginar el sabor que debe de tener la gloria, después de haber superado 29 exigentes finales. Porque llegar hasta donde ha llegado el Levante no ha sido fácil. La primera vuelta fue discreta en comparación de la segunda. Para juzgar la magnitud de lo conseguido el dato es que en 2019, el equipo granota tan solo conoce el significado de la victoria.
Este equipo ya es historia
La victoria del pasado domingo frente al Lorca CFB establece un nuevo récord en la historia del club en la competición. Suma 11 victorias consecutivas superando el registro de la temporada 1996-1997 que estaba fijado en diez.