El Hércules CF ha vivido en menos de un año las dos caras del fútbol. Ha pasado de regresar a División de Honor como histórico campeón de Liga Nacional, a convertirse en el primer equipo del grupo 7 en despedirse de la máxima categoría. Alejandro Moreno, Nano sobre el terreno de juego, santo y seña del vestuario blanquiazul tras once años en el club, nos relata en primera persona cómo ha sido esta difícil temporada.
“Llegábamos al partido contra el Levante con esperanza de que la salvación era posible” asegura, pese a que el Hércules no ha salido en toda la temporada de los puestos de descenso. “Sin embargo, el partido se nos complicó desde el primer minuto y ya se nos hizo imposible remontar la situación, para nosotros era una final”.
En apenas once meses, el Hércules ha pasado del cielo al infierno. “Tanto el ascenso como el posterior histórico título en Liga Nacional, fueron dos de los momentos más increíbles de mi carrera futbolística. Hicimos un muy buen año, muy regular y eso se reflejó en los resultados. Desde el primer día de pretemporada, el objetivo era devolver al Hércules al lugar donde se merecía, y se formó un equipo competitivo que ya venía formado de años anteriores, que además contó con la experiencia en División de Honor de Nico Espinosa, Sergi Molina, Kevin Laosa, Iván Ruiz y David Iglesias” recuerda con nostalgia el actual capitán del Hércules.
En cambio, este año el equipo no ha podido escapar del purgatorio. “La derrota contra el Levante fue un momento bastante triste, pese a que nuestros entrenadores nos transmitían que, aunque la situación fuese difícil, la esperanza de salvarnos no debíamos perderla. No ha sido un año fácil, se creó un equipo desde cero, tanto jugadores como cuerpo técnico, así que durante la pretemporada costó un poco la adaptación, pero con el paso del tiempo las piezas empezaban a encajar y se daba forma al equipo. Un vestuario que en todo momento ha estado unido, que nunca ha tirado la toalla y que se ha dejado la piel en cada uno de los partidos”.
Precisamente, si algo ha caracterizado al Hércules esta temporada es el hecho de haber sido un rival incómodo, sobre todo en su feudo, donde equipos de la talla del Villarreal o Valencia sufrieron para llevarse los tres puntos. “Hemos sido un equipo intenso y luchador, al nivel que merece un club como el Hércules. Pero esa buena imagen no se ha visto reflejada en resultados. También nos ha penalizado no tener suerte de cara a gol, así como las lesiones de larga duración de algunos de los jugadores importantes como David Velázquez que se lesionó del tobillo y estuvo apartado durante un par de meses, volvió a jugar y hasta el día de hoy padece una tendinitis rotuliana, y Diego López que se lesionó a mitad de la primera vuelta de pubalgia y no ha podido volver a jugar”.
Las lesiones obligaron a reforzar el equipo, a ello se unió el cambio de entrenador, una mezcla que parecía que iban a cambiar la cara al Hércules, pero nada más lejos de la realidad. “Con la llegada de Ismael Guerrero se reforzó el equipo con la incorporación de varios jugadores nuevos, pero al venir de una dinámica negativa de resultados se nos hizo muy difícil salir de los puestos de descenso. La situación en la que hemos estado durante toda la temporada ha sido complicada, diría que en algunos partidos el factor psicológico nos ha pasado factura, pero el equipo a pesar de la situación siempre ha estado a la altura de los rivales”.
Nano reconoce que el equipo cambió con la llegada de Ismael Guerrero al banquillo, pero salir del bucle negativo pesó mucho en el vestuario. “Fue el entrenador el que buscó nuevos jugadores para intentar dar un giro a nuestro estilo de juego y ver si podíamos remontar la situación. La llegada de Ismael fue un cambio en cuanto al estilo de jugar y la dinámica en los entrenamientos, nos hizo ser más agresivos de lo que ya éramos antes y en algunos partidos pudimos haber sacado más puntos para así poder salir de la zona del descenso. Pero no fue así y el desenlace ya lo conoces”.
Con el descenso confirmado, el Hércules podría actuar como juez en este final de liga. “En estas últimas jornadas toca disfrutar y seguir dando la cara a pesar del descenso, porque nos tocan rivales muy duros y que todavía no tiene definido su futuro: Toledo y Alzira luchando por la permanencia, o el Valencia por la Liga”.
En el plano más personal y tras 11 años en el club, el mayor deseo de Nano es continuar como blanquiazul. “Llegué al Hércules con 8 años, me han tratado muy bien y por eso a día de hoy sigo defendiendo estos colores. Aquí me he criado primero como persona y después como jugador. He cosechado títulos de liga durante mi etapa en las categorías inferiores y eso me ha permitido enfrentarme a los mejores jugadores. Como cualquier otro jugador que se ha formado durante tantos años en un mismo club, su sueño es poder llegar al primer equipo. Este año me han dado la oportunidad de poder entrenar con el filial y entrar en dos convocatorias con ellos, y también el premio de entrenar en el Rico Pérez con el primer equipo varias veces. Por todo ello, mi objetivo es estar el año que viene en el filial y seguir creciendo como futbolista”.