Hace unas semanas Iván Martínez, entrenador del Real Zaragoza, nos manifestaba, a medio camino entre la ilusión y la convicción, que su sueño era devolver al Real Zaragoza a Europa, hecho que se conseguiría al alzarse con el triunfo final en la Copa de Campeones que esta semana se disputa en Vigo. De momento, su sueño se está cumpliendo y su equipo se encuentra a tan sólo 90 minutos de hacerlo realidad.
Los blanquillos se deshicieron el lunes, en su partido de cuartos de final, del Atlético de Madrid, vigente campeón de la competición, gracias al solitario tanto a través de un magnifico cabezazo a la salida de un córner de Alejandro Francés, lateral izquierdo de urgencia en este torneo tras la gravísima lesión de Alex Escuín en la penúltima jornada de liga. Ya en semifinales, el equipo zaragocista vencía con solvencia al anfitrión Celta por 2 tantos a 0; Puche, el mejor jugador del encuentro, abría el marcador tras una brillante jugada individual rematada con un esplendido zapatazo desde fuera del área cuando aún no se habían cumplido los 2 minutos de juego y, ya en la segunda mitad, Jaime Sancho rubricaba la victoria al rematar al fondo de la red un magnífico servicio del propio Puche. La final esperaba con los brazos abiertos a los maños y les acercaban el sueño de su entrenador.
Una vida, dos colores: blanco y azul
La final va a ser un partido muy especial para toda la plantilla zaragocista pero aún más para cinco de sus integrantes. El portero Carlos Azón, los defensas Javi Hernández y Álvaro Martín y los mediocampistas Iván Castillo y Nacho Alastuey unían sus destinos allá por el verano del 2010 al del Real Zaragoza; desde entonces no se han separado (excepto la breve ausencia de Alastuey, cedido la temporada pasada al zaragozano club del Olivar, que militaba en División de Honor Juvenil, y donde cuajó un gran curso). Su vida ha quedado ya marcada por un Club, el Real Zaragoza, y dos colores, el blanco y el azul. Este año, el último de todos ellos en edad formativa, han cumplido todos sus objetivos: campeones del Grupo III y finalistas de la Copa de Campeones. Gran parte del éxito de este equipo proviene de su unión, de haber convertido la plantilla en una familia, y con casi total seguridad se lo deben a estos 5 futbolistas, más hermanos ya que compañeros, que han ido acogiendo en esa familia a quienes se han ido incorporando con los años a la disciplina zaragocista. Sin duda, una victoria en el encuentro de mañana sería para ellos la guinda a toda una trayectoria en las categorías de fútbol base del club zaragozano.
De pie: Azón y Hernández, los primeros por la izquierda, y Martín, cuarto por la izquierda. Agachados: Castillo, primero por la izquierda y Alastuey, tercero por la derecha. Foto: Dani Marcén.
17 años sin jugar una final
El Real Zaragoza tan sólo suma cuatro participaciones en la Copa de Campeones (antes de la actual participó en la 1999-2000, en la 2001-2002 y en la 2005-2006). Desde la temporada 2001-2002, el Real Zaragoza no disputaba la final de la Copa de Campeones, en aquella ocasión los blanquillos, dirigidos por Carlos Rojo, caían por 3 tantos 0 ante un Atlético de Madrid donde militaban futbolistas como Toché y Manu del Moral, mientras que en las filas zaragocistas un tal Iván Martínez, actual técnico del Real Zaragoza, lucía el 2 en su espalda. Mañana el técnico maño puede, 17 años después, sacarse la espina y alzarse, por fin, con la Copa de Campeones.
¿La primera “Champions” para los zaragocistas?
Si venciera al Villarreal, podría ser el equipo juvenil el primero en disputar para el club zaragocista la máxima competición europea de clubes, en este caso la UEFA Youth League. La entidad blanquilla, con dos títulos europeos en sus vitrinas (Copa de Ferias -1964- y Recopa -1995-) pudo haber disputado ya la Champions League tras haber alcanzado la 4ª plaza en la temporada 1999-2000, pero una decisión federativa, prefiriendo dar la plaza al Real Madrid, quinto aquel año en Liga pero Campeón de Champions, en lugar de a los blanquillos le privó de estrenarse ya en la competición europea más prestigiosa. El sueño de regresar a Europa se encuentra a tan sólo 90 minutos.
En mitad de la época más negra del club zaragocista, camino de la séptima temporada consecutiva en Segunda División y peleando en la actualidad por evitar el descenso a 2ªB, ha sido este equipo juvenil quien le ha dado algo de ilusión a la deprimida afición zaragocista. Un equipo serio, rocoso, solidario, entregado y efectivo que ha priorizado lo colectivo por encima de cualquier individualidad y que ya ha demostrado en esta competición lo difícil que es de batir, inmaculada todavía la meta de Azón. Un equipo en el que se reflejan un buen número de las cualidades del carácter aragonés, por lo cual ha calado tanto en la afición zaragocista. Un equipo que ya está escribiendo una página con letras de oro en la Historia del Real Zaragoza y al que sólo le falta rubricarla en la gran final que se disputa mañana en Balaidos.