José Javier Ros, o Monas como le conocen en el vestuario del Ranero CF, ha pasado los últimos cuatro años viajando diariamente en tren de Murcia a Elche para alcanzar su sueño de ser futbolista. Este verano Mapeka se cruzó en su camino y desde entonces el jugador se ha convertido en un fijo en sus alineaciones, e incluso luce el brazalete de capitán. Este sábado liderará el ataque de los verdes en su visita al Kelme, un escudo que el de Alquerías defendió durante tres temporadas.
“Es un partido muy especial porque es la primera vez que me enfrento al Kelme después de dejarlo hace dos años, también por los amigos que hice, por todas las personas que conocí y por todo lo que aprendí, pero a su vez es importante para nosotros, ya que llegamos en una situación complicada, necesitamos ganar después de no haberlo conseguido en las últimas siete jornadas” señala Monas, que tras su salida del equipo de la garra recaló en el Celtic Elche.
Una etapa que recuerda como “dura, porque pase muchas horas en el tren, muchos días solo; muchas veces nadie me podía recoger a mi llegada y tenía que recorrer dos kilómetros andando para poder llegar al campo, aunque lo peor era por las noches, salía justo y nunca me podía duchar, ni tomar nada con mis compañeros porque el tren se iba y tenía que irme corriendo hasta la estación para llegar a tiempo, llegaba a casa a las doce de la noche, me duchaba, cenaba y día siguiente me levanta a primera hora para ir al instituto. Esa fue mi rutina durante casi cuatro años. Mucha gente me decía que estaba loco, que ir casi todos los días solo en el tren era una locura, pero es porque no entienden mi locura por el fútbol. Es más si tuviera que hacerlo mil veces más por conseguir mi sueño lo haría otra vez sin pensármelo”.
Monas es el ejemplo de que para alcanzar un sueño no solo se necesita talento, sino también una buena dosis de sacrificio. “Cuando sueñas tanto una cosa, si de verdad la quieres la vas a conseguir con trabajo y sacrificio. Todo esto me ha llevado mucho esfuerzo a mí y sobre todo a mi familia que es la que siempre está ahí. Sin mis padrinos, a día de hoy, no estaría jugando ya que llevan un sacrificio conmigo muy grande y de verdad que, qué mejor manera que agradecérselo por aquí y también darle las gracias a toda mi familia por todo lo que hacen por mí”.
El fútbol ha sido la vía de escape para el delantero del Ranero, a quien Mapeka descubrió en el Alquerías de Primera Juvenil de Preferente, que tiene una situación personal especial que le ha hecho madurar y crecer como persona más rápido de lo habitual para un joven de su edad. “No le deseo a nadie lo que yo pasé. Mi madre se me fue yo solo tenía 14 años y ella 40, una vida por delante. Pero el fútbol siempre me ha ayudado a desahogarme con todo, si tenía un día malo chutaba más fuerte y me quitaba esa rabia que llevaba por dentro, y me encantaba reírme con los compañeros y eso ha hecho siempre que me olvidé de los problemas. Todos mis éxitos van dedicados a ella porque tengo un sueño doble cumplir el mío y que ella desde el cielo vea cómo lo cumplo. Estoy seguro que desde el cielo me cuida y hace que cada día me supere más. Creo la vida te pone obstáculos, pero hay que superarlos y aunque a mí me puso uno muy grande he vuelto más fuerte que nunca”.
Ahora Monas le sonríe a la vida y se ha convertido por sus dotes de liderazgo en un jugador clave en el Ranero. “Es el máximo goleador del equipo, aunque lleva un mes sin marcar en todos los partidos genera ocasiones claras y estoy seguro de que pronto volverá a marcar, ojalá sea mañana. Sería una gran noticia para todos” señala Mapeka, un entrenador que tiene un ojo clínico para descubrir jugadores.
El futbolista corrobora las buenas sensaciones de las que habla su entrenador, “aunque todavía queda por mejorar, hacía tiempo que no me sentía tan bien en un equipo. Me llevo genial con los compañeros, con los entrenadores, fisios, directiva y desde el verano fue un club que apostó mucho por mí ya que hice una gran segunda vuelta en el equipo de mi pueblo, el Alquerías. Desde el principio me sentí muy a gusto en el Ranero y eso se ha visto reflejado en mi día a día. Me dieron la capitanía, prácticamente he jugado todos los partidos como titular y casi todos los minutos, esa confianza ha hecho que pueda jugar muy a gusto y cada vez mejor, a la par que anotar goles importantes. Quedan once partidos para dar más no solo pensando en el presente, sino también de cara al futuro”.
La sexta victoria del Ranero no puede demorarse más después de una segunda vuelta que no ha empezado tan bien como era de esperar. “Creo que el porqué de esta mala racha es porque últimamente no estamos muy finos arriba, pero no hay que alarmarse ya que igual que entraban antes van a acabar entrando tarde o temprano. El equipo está muy fuerte psicológicamente y con ganas de afrontar los 11 partidos que quedan. El Ranero todavía dará mucho de qué hablar. Desde el primer día nuestro objetivo era la salvación y siendo el equipo con menos presupuesto de la categoría, vamos en la mitad de la tabla muy bien situados para lograrlo”.
«Si ganamos mañana y la semana que viene nos alejaríamos de esa zona caliente y nos acercaríamos al objetivo»
Por último, Monas desvela la receta para revertir esta situación en las próximas jornadas, claves al tratarse de Kelme y Hércules, dos rivales directos en la pelea por la permanencia. “Vienen dos partidos muy importantes, ya que el Kelme y el Hércules van por detrás de nosotros que estamos cuatro puntos por encima del descenso; si ganamos mañana y la semana que viene nos alejaríamos de esa zona caliente y nos acercaríamos al objetivo. La clave es que estemos todos juntos, muy fuertes como hemos estado muchas veces, y aprovechar las ocasiones que tengamos. Mañana es nuestro día para empezar nuestra particular remontada” finaliza este habilidoso jugador que está cuajando un año excelente y cada vez está más cerca de lograr ese doble sueño tan particular.