No estará el RC Celta en la final de la Copa de Campeones, pero Vigo si tendrá representación en el duelo que decidirá al nuevo campeón de España del fútbol juvenil. Dani Pereiro, el capitán del Villarreal CF, se prepara para vivir el día más especial de su carrera deportiva en el estadio donde soñó jugar durante los cuatro años en los que vistió la camiseta celeste.
“Cuando se confirmó que Vigo iba a acoger el torneo sentí una alegría inmensa. Lo primero que hice pues fue llamar a mis amigos que iban a ir a verme a la Copa de Campeones para decirles que iba a ser aquí, que no se tenían que mover y luego ya solo podía pensar en ver que toda mi familia y que todos aquellos que me ayudaron a estar donde estoy ahora me iban a poder ver jugar de nuevo después de tanto años”. Todos le han visto liderar a un Villarreal que el lunes venció al CD Numancia en A Madroa y el miércoles al Sevilla en el estadio Abanca Balaídos, el escenario que mañana (12 horas) acoge el último partido de esta vigésimo quinta edición. “Jugar en este estadio donde he visto jugar a todas las estrellas mundiales durante muchos años y ahora ser yo el que este en el terreno de juego con mi familia y amigos en la grada es algo muy bonito”.
Para llegar hasta aquí el Villarreal ha tenido que ganar una liga tremendamente igualada en el grupo 7 de División de Honor, además de saber sufrir frente al CD Numancia, que llegó a ponerse por delante en el marcador, y ante el Sevilla FC. Ahora, a menos de 24 horas para disputar la final, Dani asegura que “estamos donde queremos, llegamos en un momento muy bueno y no pensamos en otra cosa que no sea conseguir esa Copa y llevarla para Villarreal, aunque sabemos de sobra que ni mucho menos va a ser fácil. Creo que tenemos las mismas opciones de llevarnos el título nosotros que nuestro rival, el Zaragoza. Somos dos equipos a los que, a priori, no mucha gente veía como favoritos, pero al final hemos demostrado ser muy fuertes y por eso estamos aquí. Pienso que la final se decidirá por pequeños detalles que la decantaran hacia un lado o otro, evidentemente confío en que caiga de nuestro lado”.
Por lo visto en los dos encuentros previos, se prevé un partido muy igualado. “Los dos finalistas somos dos equipos con un orden defensivo muy bueno, como hemos demostrado a lo largo de la competición, y con mucha calidad arriba; como bien he dicho antes considero que cualquier mínimo error o desajuste lo aprovechará el otro para tomar ventaja en la final. Seguramente sea un partido con mucha tensión hasta los últimos momentos y donde ninguno de los dos equipos tirará la toalla hasta que el colegiado no pite el final”.
El capitán ‘groguet’ no cree que haya una receta para ganar una final, pero considera que entre las claves que pueden ayudar a conseguir el triunfo “lo más importante es confiar en nosotros mismos y en nuestro juego, en hacer lo que hemos hecho todo el año y nos ha hecho estar donde estamos. Aparte de eso creo que un factor fundamental va a ser la puntería de la gente de arriba, puesto que no creo que concedamos ocasiones claras ninguno de los dos equipos. Considero que el que más acertado este de cara a portería será el que consiga alzar el título de campeón”.
“El Villarreal cambió mi vida”
Una Copa que sueña con recoger en el estadio donde empezó a amar este deporte, unos años antes de que el Villarreal llamara a su puerta y la vida de Dani diera un giro de 360 grados. “Comencé a jugar en el Círculo Mercantil, pase por el Areosa, y durante cuatro años vestí la camiseta del Celta de Vigo y después la del Coruxo. En este último, y a pesar de no ganar títulos, ni ganar todos los partidos, ni ir a grandes torneos, puedo decir sin miedo a equivocarme que fue la mejor decisión que pude tomar principalmente por los valores del club y las personas que pude conocer, tras un año y medio ahí recibí la llamada del Villarreal. Para mí ha sido uno de los mejores momentos de mi vida, tras ir una semana allí a entrenar con muchos de los que ahora son mis compañeros recibimos la segunda llamada donde ya se confirmaba mi fichaje y ahí ya sí que toda mi vida cambió”.