Víctor Felipe Betoret acaba de renovar su vinculación con el CF Torre Levante y ya se ha marcado el primer objetivo para la próxima temporada: superar la séptima plaza lograda este año. “Estoy muy feliz y agradecido al club por la confianza depositada en mí. Han sido semanas de intensas negociaciones que han llegado a buen puerto. Soy consciente de que han hecho un gran esfuerzo para que quede, me siento valorado y es por eso que quiero seguir creciendo aquí a la vez que lo hace la entidad”.
Será su tercer año al frente del Juvenil A y tras los éxitos precedentes, el objetivo de la temporada 2018-2019 ya está cobrando forma. “Volverá a ser la permanencia, pero la ilusión es mejorar lo que hemos hecho este año y nos vamos a dejar los cuernos para lograrlo”. Víctor que, entre sus muchas cualidades, destaca por ser una persona muy positiva está convencido de que “lo conseguiremos, ya que llevamos tiempo trabajando en la ‘nueva’ plantilla y la tenemos muy avanzada. Habrá unas 8 o 10 caras nuevas, el resto serán jugadores que ya están con nosotros. En este aspecto, el club me ha dado manga ancha para poder hacer el equipo, así que si en el futuro las cosas no salen como esperábamos no podré echarle las culpas a nadie” bromea en esto último.
El técnico realiza una valoración muy positiva de su primer año en División de Honor. Un mes después de haberse bajado el telón a la competición doméstica asegura que “hemos disfrutado un montón. Hay muy buen nivel de fútbol en este grupo, muy buenos jugadores a los que te enfrentas, pero por suerte también he entrenado a un grupo fenomenal y que ha sido un equipo en mayúsculas. Habremos logrado resultados más o menos positivos, pero hemos plantado cara a todo el mundo, y eso es muy difícil. Hemos vivido situaciones que son un sueño: ganar al Atlético Madrileño en su feudo, al Villareal en el estadio, al Levante las dos veces… no es fácil de olvidar y ahora tenemos que cargar las pilas para intentar repetirlas”.
Destaca, por otro lado, que hay bastante diferencia con Liga Nacional. “Los primeros equipos juegan con internacionales y eso le da un alto nivel a la categoría, además de que todos los equipos tienen a la gente elegida porque estamos en la Primera división juvenil. Se nota mucho la diferencia con otras categorías tanto en la velocidad del juego como en la intensidad, así como en la calidad de jugadores, nivel de los entrenadores… creo que, por todo eso, he disfrutado un montón este año”.