Pablo Tejedor, portero del CD Numancia, lleva varios meses fuera de los rectángulos de juego recuperándose de una operación de corazón. Lo que empezó como una dolencia muscular, acabó derivando en un aneurisma de aorta y pericarditis. A pocos días de la revisión médica que le permitirá volver a su vida normal, hemos hablado con él.
PREGUNTA. ¿Cómo te diste cuenta de que algo no iba bien?
RESPUESTA. Llevaba una semana con una pequeña dolencia en el pecho y a lo largo de la semana se fue haciendo más grande. El día antes de jugar el partido de liga contra el Danok Bat (30-11-2019) empecé a sentirme un poco peor y fui a urgencias. Allí me dijeron que simplemente era un tema muscular, así que decidí seguir entrenando y le comenté a mi entrenador que estaba dispuesto a jugar el partido. Sin embargo, una vez empezado comencé a encontrarme mal, me faltaba la respiración y me dolía un poco más el pecho por lo que en el descanso pedí el cambio.
P. ¿Esa dolencia te había permitido superar el reconocimiento médico en pretemporada?
R. Sí, sin ningún problema. Pero al fin y al cabo mi problema era muy poco visible lo que hace que sea más difícil de detectar.
P. ¿Y anteriormente nunca tuviste problemas, ni dolencias?
R. Nunca. Pero nací con una malformación en la válvula aorta, la cual consiste en que tenía dos velos, por los que pasa la sangre, en lugar de tres que tiene todo el mundo. Esto generó que se dilatara mi aorta. Lo que no se explican los médicos es como ha aguantado tanto mi aorta haciendo tanto deporte.
P. ¿Quizá por tu demarcación?
R. Posiblemente. Lo mejor de todo es que gracias a Dios puedo contarlo y podré volver a jugar.
P. Volviendo al presente. Después del primer diagnóstico, ¿qué te hizo pedir otras opiniones?
R. El primer diagnóstico fue en el centro de salud de donde vivo y fue una dolencia muscular, como te he comentado antes, pero las molestias no remitían y acudí al Hospital de Soria donde me diagnosticaron una pericarditis aguda. No contento con eso, decidí con mi familia acudir al seguro privado para recibir la valoración de especialistas. En la Clínica Universitaria de Pamplona el resultado de las pruebas reveló que sufría un aneurisma de aorta y pericarditis.
P. ¿Cómo recuerdas el día en el que te dieron los resultados?
R. Pues la verdad que era un día de los que sales de casa y te apetece volver a entrar. Era un día lluvioso y nublado, y no se porque tenía una sensación extraña. Y así fue, quizás el día más duro de mi vida.
P. A partir de ahí fue todo muy rápido, ¿verdad?
P. Sí, la verdad que teniendo profesionales como los que me han tratado, se hizo súper rápido y desde el primer momento confié en ellos. Les debo la vida, literalmente (risas). Se trataba de una operación de urgencia, así que a la semana de recibir los resultados, pasé por quirófano.
P. ¿Cómo ha sido tu vida después de la operación?
R. Estuve ocho días ingresado, el primer día y medio en la UCI. Tras recibir el alta, el primer mes fue de reposo total. El próximo día 26 de febrero tengo revisión y luego ya podré empezar a hacer vida normal.
P. Tu caso me recuerda al de Óscar Torres, ex canterano del CD Numancia, que también sufrió una dolencia similar. No sé si has podido hablar con él.
R. Sí, aunque yo no he podido conocerle personalmente, me contaron que tuvo algo parecido a lo mío y que continúo jugando al fútbol “semiprofesional”. Pero si algo transmite una cosa así es que nunca tienes que darte por vencido, y que si la vida te da una segunda oportunidad hay que aprovecharla. Ese lema lo tengo muy presente desde bien pequeño, y lo sigo manteniendo.
P. También se han encargado de recordártelo tus compañeros y tu ídolo, ¿verdad?
R. Sí, la verdad que todo el mundo me apoyó desde el primer momento. Hasta Iker Casillas, mi referente desde que empecé en el fútbol, me mandó un vídeo de ánimo. Les estoy muy agradecido a todos.
P. Han pasado casi dos meses desde la operación. ¿Cómo está siendo el proceso?
R. Al principio, ni el positivismo que le pongo yo a estas situaciones podía levantarme la cabeza, le daba demasiadas vueltas a todo y fue muy duro. Ver como tu vida con un balón y por lo que sueñas día a día desaparece (temporalmente) por completo, después de estar desde los 6 años todas las semanas haciéndolo, ¡hostias, es muy jodido!. Dejé de ir a ver a mis compañeros porque luego en casa estaba destrozado pensando en que tenía que estar ahí ayudándoles. Con el tiempo he sabido gestionar y tener la mente despejada para saber decidir que hacer.
Ahora estoy volviendo poco a poco a realizar ejercicios básicos, aunque toca darle descanso a mi cuerpo, para volver más fuerte que nunca cuando me digan los médicos.
P. ¿Cuál ha sido tu trayectoria desde los 6 años?
R. Empecé en el equipo de mi pueblo, en Almazán hasta los 12 años que me fichó el CD Calasanz de Soria. Jugué con el equipo infantil y alterné con el cadete, al año siguiente me fichó el Numancia y desde entonces hasta hoy.
P. ¿Y siempre has jugado de portero?
P. Siempre he ocupado la misma posición. De pequeño tenía asma (ahora ya no) y era la posición que menos exigía. Además me encantaba estar en los charcos y en el barro todo el día tirado.
P. Tendrías a tu madre contenta.
R. (Risas). Bastante.
P. Acabando tu etapa juvenil de este modo, ¿cómo ves el futuro?
R. Me gustaría seguir aquí, claro. Siempre se han portado muy bien conmigo. Ojalá todo salga bien y volver a compartir vestuario con Toni Varea en el filial, después de hacerlo el curso pasado en el histórico División de Honor.