“Es importante saber de dónde vienes para valorar dónde estás”. Es una de las muchas reflexiones que Jose Antonio García, entrenador del CD San Marcelino, realiza una vez bajado el telón de una temporada en la que ha liderado al equipo revelación del grupo 8 de Liga Nacional. Con dos décadas dedicadas al club, primero como jugador y después en los banquillos, no hay nadie mejor que él para explicar al detalle el por qué de ese nuevo éxito.
PREGUNTA. Con el final de Liga ya definido, ¿el sabor que deja vuestra temporada en Liga Nacional es agridulce?
RESPUESTA. Nosotros tras el ascenso empezamos a planificar esta temporada con muchísimas ganas e ilusión y con un objetivo claro que no era otro que el de hacer un equipo competitivo, como ya hicimos el año de Liga Autonómica Cadete, que pudiera disputar con garantías cualquier partido dando igual el rival, el campo y el contexto. Para eso teníamos muy claro, desde el cuerpo técnico, que había que asentar desde el primer día unas bases sólidas y estables de trabajo y profesionalidad, adaptándonos a los escasos recursos que disponemos en comparación con la mayoría de equipos de la categoría y poder así buscar un rendimiento deportivo desde la primera jornada de liga. Esto nos iba a llevar seguro a “hacer equipo”, tener una identidad clara, disfrutar y como resultado de ello a sumar puntos que nos pudieran mantener al acabar la competición fuera de los puestos de descenso, consolidando al San Marcelino en la categoría y haciendo que se pudiera disfrutar de esta la temporada siguiente.
Tras un inicio donde tuvimos ese proceso de adaptación a la Liga Nacional donde partíamos como recién ascendidos y la mayoría de los jugadores eran nuevos, nos costó sumar de 3, pero ese hecho no empañaba el buen trabajo que estábamos realizando y sabíamos que esta era la línea a seguir, por lo que para nosotros no ha sido ninguna sorpresa ni casualidad el vernos a falta de 8 jornadas más cerca del ascenso que del descenso. Al final, las circunstancias mandan, lo que ha pasado es algo que no controlamos ni depende de nosotros por lo que no podemos lamentarnos. La temporada si se cerrara aquí, para nosotros sería de una valoración muy alta teniendo en cuenta quiénes somos, de dónde venimos y todo lo que hemos superado para poder estar en esta situación, aunque sí que es inevitable preguntarte el qué habría pasado después de poder jugar los 24 puntos que aún quedan en juego.
P. Con ocho jornadas todavía por jugarse, ¿hasta dónde crees que habríais podido llegar?
R. Estamos muy contentos con el transcurso de la temporada realizada hasta este parón, aunque sí que es cierto que, con el objetivo principal de la salvación en el bolsillo, a todos nos hacía ilusión ver hasta donde podíamos llegar sabiendo que teníamos todavía 24 puntos por jugar. Aunque hay grandes equipos que estaban haciendo una temporada muy buena, nuestra dinámica en la segunda vuelta estaba siendo espectacular, el equipo competía muy bien, siendo muy regular, ya que éramos uno de los mejores equipos en cuanto a resultados y clasificación en este momento. Todos los jugadores estaban muy metidos en poder hacer algo todavía mayor a lo que veníamos haciendo hasta la fecha.
P. ¿Se os escapa una oportunidad magnífica para luchar por la División de Honor?
R. Al final, esta situación a nivel clasificatorio la hubiéramos firmado todos en junio y julio cuando estábamos planificando todo. Estando por segunda vez en Liga Nacional en la historia de este club con más de 60 años a sus espaldas, sacándole puntos a equipos como Valencia y Levante, ganando a equipos de la parte de arriba como Castellón, Kelme y Alcoyano, compitiendo cada partido, haciendo de nuestra casa un fortín, firmando la salvación a falta de 10 jornadas y siendo uno de los equipos con mayor rendimiento y progresión en esta segunda vuelta… hechos que hacen que estemos orgullosos y disfrutemos de lo que hemos conseguido, muy por encima de poder lamentarnos o ver que hemos perdido la oportunidad de algo mayor. Aunque como bien he dicho antes, el poder seguir sumando puntos y estar luchando al final de liga por algo mayor, nos tenía muy ilusionados y motivados.
P. ¿Cuál ha sido el secreto del CD San Marcelino?
R. Para nosotros sin ninguna duda la clave ha sido el valorar desde el primer día donde estábamos y tener en cuenta todo lo que nos íbamos a enfrentar. Nos costó mucho subir el curso anterior, tuvimos que hacer una temporada perfecta para tener este premio y además que la moneda cayera en muchas ocasiones de nuestro lado. Es importante saber de dónde vienes para valorar dónde estás, todos teníamos claro que era una oportunidad que nos habíamos ganado a pulso, para disfrutar compitiendo contra los mejores equipos de la Comunidad.
También ha ayudado mucho la experiencia que teníamos acumulada como cuerpo técnico de los años anteriores donde ya vivimos el ascenso a Preferente cadete, el primer ascenso del club a Liga Autonómica Cadete y donde pudimos disfrutar de la categoría durante la siguiente temporada también haciendo un papel espectacular quedando octavos en nuestro debut histórico en esta, fue un año de mucho aprendizaje. Recordar las bases que nos han hecho obtener grandes resultados en estas cuatro últimas temporadas, también ha sido clave a la hora a afrontar este reto de mantener al San Marcelino en Liga Nacional.
Todo esto nos ha llevado a tener muy claro desde el inicio que nos teníamos que adaptar a los recursos que disponemos en el club que, aunque no sean ni mucho menos los mismos que en la mayoría de clubs de la liga, en especial los filiales, no podía servir de lastre o de excusa para no buscar un rendimiento máximo y eficaz de todo lo que disponemos. Hemos entrenado 3 días a la semana, siempre en medio campo, sin disponer de gimnasio o otros recursos espaciales y materiales que pueden hacer que trabajes con mayor comodidad o profesionalidad, pero con unos recursos humanos tremendos, tanto desde el cuerpo técnico como por parte de los jugadores. El trabajo y la predisposición de estos siempre han sido de un nivel enorme y más tras las primeras jornadas de liga cuando ya hubo algunos cambios y el equipo se asentó. A los jugadores les ha costado mucho esfuerzo y sacrificio, tanto personal como económico, jugar en esta categoría, y eso se ha notado en cada entrenamiento: la actitud, el comportamiento y el trabajo han sido las bases del equipo que, junto al compromiso de todos, muchos jugadores se recorrían incluso más de 100 kilómetros para venir a entrenar, han hecho posible que disfrutemos de esta gran temporada.
P. ¿Habrá segundo asalto a la División de Honor con esta plantilla o es una plantilla con fecha de caducidad el 30J?
R. La plantilla actual es espectacular, está muy equilibrada y todos los jugadores son importantes. Todos se han implicado en el proceso y esto ha hecho que hayamos recorrido juntos una temporada muy bonita. Con muchos de ellos hemos vivido dos ascensos históricos para el club y con otros llevamos juntos 3 temporadas seguidas, desde Liga Autonómica Cadete. De los 18 de plantilla, hay 7 jugadores de segundo año que, por supuesto pueden ser la base de la plantilla del año que viene, y el resto, de tercer año, tienen condiciones y capacidad para poder seguir disfrutando del fútbol en buenas categorías al acabar su etapa juvenil, tanto aquí en el primer equipo de San Marcelino, como donde ellos consideren oportuno. También en Juvenil B del club que milita en Preferente, hay muy buenos jugadores que seguro van a poder sumar su granito de arena a la plantilla del año que viene. La planificación y el trabajo que se realice desde el club, es lo que marcará el devenir del equipo la próxima temporada.
P. Lo que es seguro que ese asalto será si ti en el banquillo. Después de esta temporada, ¿ha llegado el momento de salir de tu zona de confort?
R. No sé si es mi zona de confort o no, he vivido experiencias de todo tipo, lo que tengo claro es que es mi zona ya que no conozco otra. Con 8 años me puse la camiseta del San Marcelino como jugador, he pasado por todas sus categorías. Como entrenador con 14 años y siendo aún un niño, estaba a cargo del primer Querubín que tuvo el club, y a partir de ahí, he ido pasando por cada una de las categorías hasta llegar al fútbol 11. También he formado parte de la coordinación deportiva y he llevado en los últimos años la metodología de trabajo del club. Tengo claro que soy un privilegiado en poder decir que siempre he defendido esta camiseta, he crecido con el escudo del San Marcelino en el pecho. Pero como todo en esta vida, nada es eterno y siento que es el momento de no continuar. Al final, la vida se mueve por ilusiones y actualmente en la última temporada he ido viendo que mi ciclo estaba llegando a su fin.
Los últimos años han sido espectaculares, pero a su vez muy intensos. He tenido la suerte de vivir un ascenso a Preferente Cadete, a Liga Autonómica Cadete, el llevar el escudo del club por la Liga Autonómica por primera vez en su historia, el ascenso del año pasado a Liga Nacional Juvenil y este año, disfrutar al máximo de la categoría Nacional. Todo ello compaginado desde hace 6 temporadas con la participación en el cuerpo técnico de Emilio López, entrenador del primer equipo y el cual ha sido un referente para mí, donde hemos vivido un ascenso a Regional Preferente Amateur y donde tras dos salvaciones, actualmente y a la espera de lo que pase, estamos en promoción de ascenso a Tercera División.
P. ¿Te gustaría continuar en el fútbol formativo o con la experiencia de haber compaginado el Juvenil A con el primer equipo del San Marcelino te ves capacitado para dar el salto al fútbol amateur?
R. No he decidido no continuar porque tenga otras opciones, simplemente tenía claro desde hace tiempo que esta temporada iba a ser la última en San Marcelino como entrenador, por lo menos en solitario, ya que actualmente como ya he dicho antes, estamos esperando a ver qué pasa con el primer equipo. A día de hoy estoy centrado en el devenir del Preferente y no he hablado con nadie ni me ha llamado nadie para comentar cosas futuras.
La temporada que viene no sé si entrenaré y de ser así, donde será, pero lo que tengo claro es que me muevo por ilusión y seriedad, para mi es lo principal, estar a gusto en un sitio donde te valoren y puedas trabajar con libertad y confianza, lo que he podido hacer aquí siempre. No es un problema para mí la categoría ni el escudo pero por supuesto, por verme capacitado, me veo para muchas cosas, ya que con pasión, trabajo, sentido común y sacrificio, valorando el día a día, siempre me he adaptado a la categoría donde he estado y me ha ido bien.
P. Vayas donde vayas el San Marcelino siempre será tu casa. ¿Qué recuerdos imborrables guardas en tu memoria tras lo vivido a largo de estos años?
R. Sin ninguna duda, yo soy del San Marcelino, al final, son 20 años viniendo todas las semanas a este campo, es como mi casa. Empecé con el escudo del San Mar en el pecho y me voy llevándolo en el corazón. Son muchas cosas las que he podido vivir, tanto buenas como malas. He vivido las dos caras de este club, cuando no se ganaba nada y quedar entre los 5 primeros ya era un éxito, y la cara que se conoce ahora, la del éxito y el reconocimiento, siendo una gran escuela de la comunidad. Tuve que llegar a infantiles para celebrar un subcampeonato y por suerte, como jugador, he vivido tres ascensos, el primero de la historia a primera regional Cadete y dos en los siguientes años en juveniles.
A su vez, como entrenador me ha tocado vivir el descenso de un Cadete en mi primer año como entrenador de fútbol 11, hecho doloroso y difícil de asimilar, pero del cual aprendí muchísimo y sin duda alguna, me ha beneficiado para que en el futuro pueda haber vivido las cosas tan maravillosas que he podido vivir. Si tiro la mirada atrás, las últimas 5 temporadas han sido increíbles y difíciles de describir, el recuerdo de los ascensos a Autonómica y Nacional, así como el defender esas dos categorías con el club en el que llevo desde los 8 años, es una sensación que no se puede explicar con palabras, al igual que por supuesto, el poder sentarme en el banquillo del primer equipo, vivir el ascenso a Preferente, mismo equipo que yo seguía siempre desde pequeño.
Por todo ello, solo tengo palabras de cariño y agradecimiento a todos y a todo lo que tenga que ver con el San Marcelino. Al igual que para Emilio López, con el que llevo como ya he dicho compartiendo 6 temporadas y el cual fue mi entrenador, así como para Cesar Fernández, Kevin Sáez, Hernán, David Castillo y Jonathan García que han estado participando conmigo en todo momento.