Borja Garcés se presentó a Europa con una actuación difícil de olvidar. El colchonero, con el ‘9’ a la espalda, solucionó en cinco minutos un partido que al Atlético de Madrid se le puso muy cuesta arriba en los compases iniciales. Suyo fue el doblete que le daba la vuelta al partido en Sarajevo, el que cortó las alas al Zeljeznicar en el play-off de la UEFA Youth League.
Era el segundo partido del delantero de Melilla con el Atlético de Madrid tras su estreno liguero del pasado domingo, ya que durante un año y medio anterior ha crecido sin prisa pero sin pausa en su filial de División de Honor, el Atlético Madrileño. Casi dos temporadas en las que ha sido una pieza intocable para sus entrenadores: Igor Oca y Carlos González, y en las que ha aportado un total de 21 goles (11 y 10). Su mayor gesta en la categoría la consiguió el curso pasado, cuando anotó cuatro goles al Real Murcia.
Antes de ascender al Juvenil A del Atlético de Madrid, Borja ya había logrado un par de dobletes esta temporada con la ‘otra’ elástica rojiblanca. El primero de ellos en la jornada 10 frente al Torre Pacheco (5-1) y en la 14 frente al Kelme (2-0). Se despidió del Grupo 7 en la jornada 20 sin anotar ningún gol, pero dejando su herencia a jugadores de la talla de Sergio Camello o Víctor Mollejo.
El pasado domingo afrontó sus primeros noventa minutos en el Grupo 5 frente CD Colegios Diocesanos, donde dejó muy buenas sensaciones a pesar de no ver portería. Al día siguiente entró en su primera convocatoria europea, o lo que es lo mismo para la primera final que afrontaba el Atlético de Madrid esta temporada. Salió de inicio y con su descaro y sus maniobras logró enmudecer las más de 6000 gargantas que llenaron el estadio Grbavica. Allí van a tardar mucho tiempo en olvidar su actuación.