Brayan Zaragoza es un jugador diferente. Solo lleva unos meses en el Granada y ya se ha convertido en un jugador básico para Rubén Torrecilla. El malagueño llegó este verano tras desechar las ofertas de Real Valladolid y Real Betis, justamente el rival de los nazaríes este domingo.
Declinó irse a Valladolid por las 10 horas que le separan de su entorno y al Real Betis porque quería ser el jugador importante que está siendo en el Granada. Tras el primer tercio de competición, se puede afirmar que está aprovechando el trampolín que supone jugar en el club revelación de la 2018-2019 en el grupo 4 de División de Honor.
Con solo siete partidos disputados, se ha podido ver a un jugador caracterizado por su velocidad, un golpeo de balón exquisito y su faceta de asistente. El resultado combinado se traduce en que Brayan alcanza ya la cifra de siete goles (segundo máximo artillero del equipo, solo superado por David Santiesteban) y cuatro asistencias. Unas cotas muy por encima de lo esperado, si lo comparamos con que el curso pasado en el Conejito de Málaga finalizó con 12 goles y 17 asistencias.
A día de hoy, su progresión es indiscutible. Lo viene siendo desde que era un niño y empezó en el Juval ocupando la posición de defensa central. Poco a poco acabaría en la banda y empezaría a destacar primero en el Malaka (alevín), después en el Tiro Pichón (de infantil a juvenil de primer año) y por último, en el Conejito.
Brayan, que acaba contrato en junio de 2020, afronta su último año juvenil con máxima ambición y con un sueño en mente: igualar o mejorar la temporada pasada del Granada CF.
Acercarse al liderato
Granada y Real Betis se ven las caras este domingo con el propósito de acercarse al liderato del grupo, aprovechando el empate entre Málaga y Almería en el primer partido de la jornada. Para Brayan será un partido especial en el que tratará de seguir marcando las diferencias.