Karim Koné, delantero del Ciudad de Cuenca, fue el gran protagonista de la primera jornada de División de Honor al lograr anotar cuatro de los cinco goles que dieron la victoria a su equipo frente al Albacete Balompié.
Apunten bien este nombre porque esta temporada no solo dará mucho juego, sino que también asegura muchos goles en el grupo 7 de División de Honor. Una media de 23 son las cifras que maneja año tras año esta maliense que llegó a España cuando tenía diez. “Vine aquí acompañado de mi padre. Fue muy duro, tanto como vivir en mi país donde se sufre mucho. Gracias a Dios estoy en España haciendo lo que más me gusta, aunque lejos de mi madre, mis cuatro hermanos (ahora tiene dos hermanas más) y mi familia”.
Comenzó a jugar en el UD Oliva y dos años después firmaba por el Real de Gandía, para el siguiente curso vestir la camiseta del Bellreguard. Motivos personales le llevaron a hacer un alto en su trayectoria, coincidiendo con su primer año de juvenil sin embargo, Koné se reenganchó a los pocos meses. El pasado verano realizó la pretemporada con el primer equipo de la UE Gandía, que sería el trampolín para llegar al Rayo Majadahonda.
El de Malí dejó su impronta en Liga Nacional y logró debutar en la élite formativa en el encuentro de la jornada 24 frente al Real Madrid. Acabado el curso no llegó a un acuerdo para renovar por el equipo madrileño y se marchó con sus goles al Juvenil A del Manzanares CF, con el que acabó consiguiendo el ascenso a la categoría de plata juvenil.
Ahora su sueño es lograr la permanencia con el Ciudad de Cuenca. De momento sus cuatro goles auguran un buen año. “No marcaba tantos en un partido desde que era cadete de segundo año en el Bellreguard” recuerda. Este sábado tratará de mantener el ritmo goleador ante el Atlético Madrileño.
Foto: Juan Carlos Picurrelli.
