El Villarreal CF ha liberado a algunos de los jugadores del Juvenil A que, pese a la interrupción de la competición aprobada el pasado 11 de marzo, se mantenían confinados en sus pisos. El club tenía planeado seguir con su actividad normal, aunque con unas extremas medidas de protección por la crisis del coronavirus, hasta esta tarde en la que ha emitido un comunicado anunciando que la suspensión de toda actividad deportiva del primer equipo y del resto de conjuntos del fútbol base durante, al menos, las dos próximas semanas.
La entidad añade en la publicación que “consciente y sensibilizada con el estado de alarma decretado en España, ha determinado seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias del Gobierno de España con motivo de la pandemia del COVID-19”.
La gran mayoría de la plantilla del líder del grupo 7 de División de Honor lleva días en sus domicilios familiares, donde se ejercitan de manera individual siguiendo un plan de trabajo personalizado. En cambio, algunos de los pesos pesados del equipo seguían en Villarreal a la espera de que el club les diera permiso para poder regresar a sus casas.
Un caso de lo más surrealista en la máxima categoría del fútbol juvenil.
