Copa del Rey (vuelta, cuartos). CD San Félix, 5 – Real Sociedad, 4.
Nueva machada del CD San Félix en la Copa del Rey para alcanzar las semifinales. Un histórico triunfo culminado en el tiempo de descuento ante la Real Sociedad con goles de Vicario y Mario Ordóñez.
Empiezan a acabarse los calificativos con los chicos de Alejandro Acejo que han vuelto reaccionar de manera épica en los minutos finales, como ya sucediese hace un par de semanas frente al Atlético Madrileño en octavos, para escribir otra hazaña en los libros de historia del fútbol juvenil. La esperanza es lo último que se pierde y eso parece que lo llevan tatuado a fuego los malaguistas. En el minuto 90, la Real estaba en semifinales, pero en el 92 un gol de Vicario, desde los once metros, le daba el pase al San Félix que todavía tuvo tiempo para ganar por medio de Mario Ordóñez.
El partido iba a ser emocionante, de eso se encargó Recio que en la primera jugada anotaba el 0 a 1. Roberto López botaba un saque de esquina que ante la pasividad defensiva local, remataba totalmente solo el jugador txuri-urdin. El San Félix no acusó el golpe y se mantuvo fiel a su estilo, tocando con criterio el balón desde atrás y buscando las bandas para llegar con peligro al área rival. La Real adelantó las líneas y le buscó las cosquillas al equipo local que respondió con una seguridad defensiva encomiable y un Gonzalo Crettaz estratosférico. En el ecuador del primer tiempo, Mike llegó hasta la línea de fondo, puso el balón atrás e Ismael de primeras colocó el empate. La alegría esta vez duraría poco ya que Beñat Eizaguirre igualaría la eliminatoria en el 27. Galarreta pudo ampliar la ventaja en el 36, antes de que Cristóbal en una maniobra de mago hiciera el 2 a 2. En la siguiente acción, Roberto López establecía el 2 a 3 en una falta directa.
Tras el paso por vestuarios, la Real encarrilaba su pase a la siguiente ronda. En un rápido contragolpe, Beñat Eizaguirre hacía el 2 a 4. El hambre y las ganas del San Félix hicieron que ese resultado no fuera el definitivo. Asumió riesgos a pesar de que quedaba media hora por delante. Pasó a jugar con tres defensas, a tener más presencia que su rival, a vaciarse sobre el terreno de juego. Zubeldio salvó a su equipo en repetidas ocasiones, hasta que en el 81 un mal despeje de la defensa blanquiazul fue aprovechado por Mike para reavivar el sueño por la Copa. Se agotaba el tiempo, pero no la fe. En el 92 se desató la euforia con el gol de Vicario, tras un claro penalti de Zubeldio. En el 94, Mario selló otro triunfo histórico.