Toni Tarín ha sido el primer técnico destituido en el grupo 8 de Liga Nacional. Un adiós que ha cogido de sorpresa a todo el mundo, incluido al propio entrenador con el que repasamos su etapa de cinco años, los últimos cuatro al frente del Juvenil B, en el CF Torre Levante.
En el fútbol siempre hay una racha. Y de las negativas, motivo que ha acelerado la marcha de Toni Tarín del banquillo del Torre Levante, se sale. No es una frase dicha al azar. La temporada pasada sin ir más lejos, los resultados no acompañaron durante dos meses. El equipo solo consiguió una victoria y dos empates en diez partidos. Sin embargo, cuando la liga llegó a su fin, el Torre estaba 7 puntos por encima del descenso y con opciones reales de superar la mejor puntuación en Liga Nacional de su historia. “La diferencia radica en que tanto el primer año como el anterior, los inicios fueron muy buenos, pero en ambas temporadas hubo dinámicas negativas” señala Toni Tarín.
“Soy consciente de que a día de hoy los resultados no estaban siendo los esperados, aunque si lo eran las sensaciones que dejaba el equipo. No siempre gana el que mejor juega, sino el que realmente aprovecha las ocasiones claras de gol que se encuentra durante los 90 minutos. A nosotros nos han condenado los detalles contra equipos de nuestra liga como La Nucía o los filiales de Alzira y Castellón”.
El Torre Levante B había logrado en los seis partidos disputados, cuatro puntos. Toni fue destituido a las puertas de jugar uno de los dos encuentros aplazados (el martes perdieron contra el Dénia 2 a 0) y el derbi contra el Tavernes Blanques previsto para este domingo. “En mi opinión, creo que han tomado la decisión demasiado pronto. Antes de destituir una escuela debe conocer la categoría en la que compite. Somos un filial, muy joven y prácticamente nuevo. Si la exigencia era tan alta, los recursos y medios que puso el club tenían que haber sido mayores”.
A diferencia de temporadas pasadas, donde había bloques de jugadores con los que ya había trabajado, en la actual solo contaba con cuatro jugadores respecto al curso anterior. «Me he encontrado con una plantilla extremadamente larga, cerca de 30 jugadores que cohesionar. Chicos jóvenes con potencial para crecer a medio plazo, pero con ninguna o corta experiencia en la categoría. Ello ha supuesto una tarea compleja que requiere paciencia para adaptar una idea de juego en función de sus características y sacar el máximo rendimiento individual y colectivo».
Toni se marcha del Torre Levante con un sabor agridulce, después de cinco años, los últimos cuatro al frente del Juvenil B. “Me voy dolido por los acontecimientos de los últimos días, pero también agradecido porque el Torre me ha dado la oportunidad de hacerme un hueco en el fútbol juvenil.
Después de cinco años, me considero una persona de club, que siempre ha pensado en el bien para todos. Sin embargo, me da la impresión que mi trabajo a lo largo este tiempo, el ascenso a Liga Nacional, no ha valido de nada. Con solo seis jornadas y dos partidos aplazados no me han dado un margen de confianza.
Por lo demás me voy orgulloso, por mi trabajo y agradecido al club por la oportunidad que me brindó en su día. Llegué del Levante, empezaba de cero en el Torre, el primer año dirigí al Cadete C, el siguiente al Juvenil B con el que logré el ascenso a Liga Nacional, categoría que he disfrutado los tres últimos años y que me ha permitido crecer en lo personal y profesional hasta límites insospechados. Me quedo con la gente que me he encontrado por el camino. Entrenadores, jugadores y familiares que además en los últimos días, además, me han mandado sus mensajes de apoyo. Me siento muy afortunado. Gracias a todos”.