El Polillas Ceuta fue noticia por partida doble el pasado fin de semana. El equipo regresó a la senda de los puntos frente al Cádiz CF y además completó los noventa minutos, después de retirarse en la jornada anterior tras vivir el capítulo más vergonzoso de la temporada en División de Honor. Swelhi, jugador de nacionalidad sudafricana, fue víctima de un episodio racista frente al AD Nervión y aunque lamentablemente no era la primera ocasión en la que lo sufría, sí lo fue que su equipo se solidariza con él y se marchara del campo.
“Normalmente cuando lo he denunciado al entrenador o a algún otro miembro del cuerpo técnico, me han dicho que “lo aguante porque esto es normal”, o que “tengo que tener más cojones”, o que “no me lo tome a pecho”. Pero es que ¿cómo no me voy a tomar esto a pecho?” explica Swelhi sobre sus episodios pasados.
Por ese motivo, el jugador siempre se había visto indefenso e inseguro para denunciar un hecho de tal magnitud ante el árbitro. “Nunca supe cómo podría denunciarlo al árbitro. ¿Qué le iba a decir? Es muy difícil mostrar una prueba de esto. Si hasta en el fútbol profesional tampoco hacen tanto para atajar este problema. Pero esta vez creo que el caso de lo que pasó en París en la Champions me dio más confianza para denunciarlo al árbitro y también más esperanza de que por fin el mundo de fútbol este tomando el racismo más serio”.
Swelhi Sigudla nació en Sudáfrica y llegó a España cuando tenía 14 años. Actualmente vive su primera experiencia en División de Honor, después de pasar por los algunos de los equipos más punteros de la Comunidad Valenciana (exceptuando las grandes Academias). Desde su llegada hasta finalizar su etapa cadete militó en el CF Cracks. Para dar el salto a juvenil firmó por el CF San José, pasó por el CD Serranos y el curso pasado militó en el Racing d’Algemesí en Liga Nacional. “Ahora para mi tercer año tuve la oportunidad de venir a Ceuta y competir en División de Honor con el Polillas, donde me han acogido muy bien y estoy disfrutando mucho”.
Con 10 años sufre el primer episodio racista
Fue incluso antes de aterrizar en España cuando recibió los primeros insultos racistas en un rectángulo de juego. “Tenía 10 años. Había venido para el campus de Real Madrid y era mi primera vez aquí. Vi a unos niños que estaban en un grupo más mayor que el mío hablando entre ellos y no podría entender lo que estaban diciendo, pero me acuerdo que me miraron y empezaron a hacer gestos de mono entre ellos. El campus duraba 2 semanas y eso sucedió el cuarto día” recuerda Swelhi. “Normalmente por las noches nos daban nuestros móviles para llamar a nuestras familias y estábamos reunidos en una sala hablando con ellos, pero esa noche, me encontraba solo, sentado en una esquina fuera de esa habitación, llorando y pidiendo a mi padre que me lleve a casa ya”.
Cinco años después, jugando en Cracks sufre un caso de racismo por la segunda vez. “Estaba entrenando con los juveniles y había un central allí que fue bastante agresivo. En una acción le hice un caño y marqué un gol. Cuando estaba volviendo a sitio me miró y me dijo «mono» tres veces. Yo todavía no hablaba español así que no sabía lo que él estaba diciendo. Después del entrenamiento busqué la definición en Google y no lo podría creer”.
Lo peor de todo es que no sería el último. “Otros actos fueron en amistosos, algunos en cadetes y otro en juvenil preferente”. Desde Fútbol Juvenil deseamos que el sufrido frente al AD Nervión sea el último. “El racismo no debería tener lugar en la sociedad”, señala Swelhi en el comunicado que publicó en sus redes sociales para hacer visible su caso.