El título de liga en el grupo 3 de División de Honor sobrevuela la Ciudad Deportiva Dani Jarque. El RCD Espanyol depende de sí mismo para poner fin a 4 años de sequía. Necesita un triunfo en Tarragona para no tener la necesidad de mirar a Cerdanyola del Vallés y/o Zaragoza.
La temporada pasada, el Espanyol se quedó a las puertas de ganar la liga. Le salían las cuentas, pero la pandemia aplazó un alirón que hoy podría cantar si es capaz de superar al Nàstic de Tarragona. No son el único aspirante ya que el FC Barcelona (con los mismos puntos que los blanquiazules, pero con el golaveraje particular perdido) y el Real Zaragoza (con un punto menos que los dos conjuntos catalanes) esperan un error para lograr el último billete para la Copa de Campeones Juvenil que arranca este domingo.
En la carrera por el título en el grupo 3 de División de Honor, el conjunto perico siempre ha ido en cabeza. Finalizó la Primera Fase del grupo 3A en lo alto de la clasificación, tres puntos por delante del eterno rival. Por su parte, el Nàstic hizo los deberes en el 3B, acabó en el primer puesto con 36 unidades, uno más que el Real Zaragoza.
A 90 minutos de la gloria, el Espanyol se mantiene ahí. Líder, inalterable a pesar del ‘cambio’ de entrenador en las semanas previas a la Segunda Fase. Luís Blanco asumió el reto de salvar al filial y Pere Tarradellas, su mano derecha, el de mantener el rumbo del equipo hacia el que sería el undécimo título de liga.
Temporada perfecta
Conquistar el campeonato regular en el grupo 3 de División de Honor y disputar la Copa de Campeones sería el colofón perfecto a una temporada en clave blanquiazul, después del retorno del primer equipo a Primera y la permanencia del filial en la 2a RFEF.