El Castellón es de División de Honor. El Torre Levante, el club que la temporada pasada lo ‘envió’ en la última jornada a Liga Nacional ha reabierto las puertas de la élite a los albinegros.
Hace 11 meses, Castellón y Torre Levante llegaban a la última jornada de la fase de permanencia en División de Honor separados por un solo punto. Los dos vencieron, pero mientras que el equipo valenciano logró la permanencia, el castellonense regresó a Liga Nacional.
Esta temporada, el destino tenía preparada una jugada magistral. Solo así se entiende que los albinegros desaprovecharan en Alzira la primera oportunidad para certificar el retorno a la máxima categoría del fútbol juvenil y que sí lo hicieran en la segunda: contra el Torre Levante ‘B’.
El estadio de Castalia, escenario de grandes hazañas futbolísticas, fue testigo del primer ascenso de la temporada en el grupo 8 de Liga Nacional. Después de una batalla sin cuartel, en la que fue diferencial el poderoso ataque albinegro. Mauro Costa desequilibró el marcador en la primera mitad y Pepe Getino remató la faena en la segunda, antes de salir ovacionado por una afición entregada desde mucho antes del pitido inicial.
Un sueño hecho realidad
El sueño de Luca Martín y Pol Pla, los únicos supervivientes del descenso, era devolver al Castellón a División de Honor. Ninguno estuvo el domingo sobre el césped de Castalia, aunque pudieron ‘vivir’ la celebración por videollamada en el bus de camino a Alicante, donde el filial se jugaba la resistencia en Tercera RFEF. El día fue redondo para los albinegros.
Junto a Luca y Pol, el Castellón consiguió mantener el bloque de jugadores del Juvenil B, que por arrastre descendió a Preferente juvenil el curso anterior, añadiendo solo seis caras nuevas al proyecto.
El compromiso hecho gesto
Los jugadores que mantuvieron su compromiso con el club son, en su mayoría, albinegros de pura cepa. Iván Martínez lleva 13 temporadas defendiendo el escudo del Castellón, una menos lleva el capitán Álex Pons, por las 11 de Álvaro Morós, que regresó esta temporada a casa para ascender a División de Honor. Álvaro Heredia celebra este año una década en la cantera, una cifra que espera igualar Samu Estrada el próximo curso en División de Honor. Alejandro Ripollés y Andrés Fernández llegaron hace 6, Marc completa una ‘manita’. La continuidad de Adrián, Pepe, César, Mauro y Hugo alcanza las cuatro temporadas, una más que Vicente, Levoni, Miquel y Víctor. Para Luca, Jose y Pol es la segunda, mientras que Adam, que llegó a mediados del curso pasado pero no jugó, Sergi Torner, Jeremy, Mario, Cuenca y Alvin han sido los nuevos nombres propios.

Álvaro Heredia, Álvaro Moros, Iván Martínez y Álex Pons, los cuatro ‘decanos’ del Castellón.
Un ascenso de récord
Para volver a pisar la cima le costó encontrar el camino. El Castellón deambuló por la zona media de la tabla en las primeras jornadas. No celebró su primera victoria hasta la novena y no ‘fue’ de División de Honor hasta la 25, es decir, fue a falta de 14 etapas para la meta cuando, por primera vez, ocupó una de las plazas de ascenso. Para entonces, Alejandro Jiménez había relevado a Jose Sanahuja en el banquillo, un cambio que resultó crucial para enderezar el rumbo y conseguir el sexto ascenso de la historia del Castellón a División de Honor.