Arranca un nuevo año y el CF Torre Levante quiere empezar de cero. El primer reto de 2019 para los de Paco Mari es batir al Alboraya.
2018 fue un año de contrastes en el seno del club valenciano. Sobresalió en la temporada del regreso a División de Honor finalizando en una brillante séptima plaza; la actual se presentaba como una etapa de continuidad, pero el paso de las jornadas se ha encargado de ratificar que mantenerse este año en la élite tendrá un coste muy elevado.
Los últimos meses de 2018 son de infausto recuerdo para el CF Torre Levante, ya que desde la tercera jornada vive inmerso en posiciones de descenso. Una situación que acabó costándole el puesto al entrenador Víctor Felipe a finales de noviembre y que tras la llegada de Paco Mari se ha agravado, aunque no en exceso. La distancia con la zona privilegiada de la clasificación tras el cambio de entrenador era de tres puntos y actualmente ha aumentado a cinco. De ahí que sumar un triunfo este domingo en Orriols se haya convertido en una obligación.
Por el momento, el Torre Levante no ha sospesado la opción de reforzar una plantilla que atesora una enorme calidad y está comprometida al cien por cien. Un hecho que se nota en el trabajo diario. A pesar de que la competición se detuvo el pasado 23 de diciembre, los jugadores llevan semanas preparándose para regresar a la senda del triunfo y alcanzar cuanto antes el objetivo que no es otro que la permanencia.
Doce finales
Desde este domingo le esperan doce finales para conseguirlo, la mitad de ellas en el campo municipal de Orriols que debe convertirse en un fortín en los próximos meses, más si cabe de lo que ya lo está siendo. Y es que el equipo valenciano ha conseguido sumar 12 de sus 14 puntos en su feudo. No obstante, necesitará también mejorar su rendimiento fuera de casa para no pasar apuros en las últimas salidas que se antojan claves (Ciudad de Cuenca, Elche, Racing de Algemesí) para volver a jugar la próxima temporada en División de Honor.